Todo el mundo tiene cuitas con el pasado, fantasmas, a los que tarde o temprano tiene que hacer frente. Cuesta desprenderse de ellos. De cuando en cuando aparecen. A veces en el momento menos oportuno. Incluso cuando las cosas se están haciendo razonablemente bien. Da igual el presente. El pasado golpea como un mazo y se lleva la realidad cual castillo de naipes en el aire. Y todo lo que se estaba haciendo bien, el buen camino, parece que no vale a ojos de la opinión pública.

Así regresa a Alcorcón el fantasma del Ministerio de Hacienda. Una vez más. Cristóbal Montoro llega esta vez a cuenta del pago a proveedores, ese sector económico vital e imprescindible para que una ciudad salga adelante. Ese sector al que los ayuntamientos deberían poner una alfombra roja y no ahogar con retrasos en el pago que, en el caso de Alcorcón, ha sido bochornoso desde que el PSOE fue expulsado de la Alcaldía, llegando incluso a pagarse una factura a 900 días desde que se prestó el servicio. Una locura.

No hay que olvidar, a pesar del paso del tiempo, que fueron los socialistas quienes llevaron prácticamente a la quiebra a Alcorcón

Y este el segundo fantasma -amén de más de un concejal con ínfulas- que siempre pulula por el Consistorio alfarero: la herencia socialista. Sí, es verdad, han pasado siete años y el discurso en este sentido, el del nefasto legado del Ejecutivo de Cascallana y el circo de Natalia de Andrés, va perdiendo fuerza conforme pasan los años. Pero no hay que olvidar que fueron los socialistas quienes llevaron prácticamente a la quiebra técnica a Alcorcón. Y de aquellos polvos estos lodos en los que se encuentra enfangada la economía alcorconera.

A pesar de que el municipio es el que menos paro tiene de entre las grandes ciudades del sur de Madrid, sigue creciendo en la instalación de empresas en los distintos polígonos industriales, atrae centros de formación en automovilismo e idiomas y, sobre todo, ha bajado de forma espectacular el pago a proveedores y se espera que este, en junio, sea de 65 días. Por encima es verdad de lo legalmente establecido -30 desde que se emitió la factura-. Pero viendo que la ciudad estaba en la UVI por los desfases socialistas, es todo un logro.

Viendo que la ciudad estaba en la UCI en el 2011, es todo un logro poder llegar a reducir a 65 días el pago a proveedores en junio de este año

Ese es el mensaje que debe trasladar el Gobierno local a Hacienda. El de que se están haciendo los deberes y que el alumno, Alcorcón, se está aplicando en sus obligaciones. Hasta los mejores estudiantes tienen un bache en su expediente. Por eso, el ultimátum de Hacienda debe servir para recordarle a Alcorcón que viene de un pasado tenebroso. Porque cuando en el presente una ciudad goza de buena salud, tiende a olvidarse de cuando estaba en cuidados intensivos y al borde de la intervención. Pero ahí está Hacienda y Montoro para recordar que queda mucho por hacer. Que no hay que dormirse en los laureles de las buenas cifras de paro y crecimiento económico y seguir trabajando por los vecinos y su futuro, evitando la mano dura del Ministerio.

Los alcorconeros, a su vez, tienen la obligación de no olvidar lo que se juegan de aquí a un año, cita nuevamente con las urnas. Será entonces cuando haya que decidir si se quiere volver a la senda oscura de los 900 días de pago a proveedores o aquel en el que, de cuando en cuando, Hacienda aprieta pero no ahoga.