Foto: ACUSVAL

Este fin de semana, el Gobierno de Pinto, con el alcalde Diego Ortiz a la cabeza, se encerraba en el Ayuntamiento para reclamar una sanidad pública de calidad. Loable esta petición del regidor pinteño, que dice velar por la salud de sus convecinos. Claro que usar medios institucionales para atizar al contrario, en este caso la Comunidad de Madrid, es de todo menos ético y moral.

Ni el Ayuntamiento, sede de la soberanía popular, ni ningún medio que sufraguen absolutamente todos los pinteños es cortijo exclusivo del alcalde de turno. Como tampoco lo es la Comunidad para Isabel Díaz Ayuso, obviamente. Pero el socialista Ortiz, que critica lo segundo, debería guardar las formas, al menos, en lo primero. No se puede estar en misa y repicando, alcalde.

Peor todavía, las legítimas reivindicaciones de una sanidad pública de calidad, a la que todo hijo de vecino aspira y se merece, pues para eso pagamos exhorbitados impuestos, caen en saco roto cuando se calla para reclamar otros servicios como el transporte, cuyo déficit también atenta contra la salud de los pinteños y, por eso de la vecindad, los valdemoreños, que comparten el sinvivir de usar a diario la C-3 de Cercanías.

¿Se va a encerrar el alcalde de Pinto en el Ayuntamiento, junto a sus concejales del PSOE, para exigir al Gobierno de Pedro Sánchez mejoras en la red de Cercanías? Lo dudamos, pero de hacerlo, le aseguramos a Ortiz una victoria aplastante en las urnas. Claro que para eso se necesita valentía y saber que un alcalde está a las órdenes de sus vecinos, no a rendir pleitesía al jefe del partido, su ‘Sanchidad’.

Para la próxima proponemos al alcalde de Pinto que se encierre en el Ayuntamiento para pedir mejoras en el Cercanías; o lo haga en algún edificio municipal, como el polideportivo, para ver su estado de abandono

Por su parte, del alcalde de Valdemoro, a punto de finalizar la legislatura, los valdemoreños no pueden esperar mucho más a estas alturas, que el silencio absoluto y la desidia. Vamos, que ni está, ni se le espera. Lo triste es que ya no es ni noticia. Y todavía tiene bemoles de presentarse a una reelección. Qué tendrá ese bastón de mando, que ni Gollum con ‘El señor de los anillos’.

Pero volviendo a Pinto, resulta cuanto menos lamentable que aquellos que en 2018 clamaban contra un Cercanías indigno hoy callan, guardan un atronador silencio. Es más, cuando su caudillo regional, Juan Lobato, insta en la Asamblea de Madrid a retirar de una PNL (Proposición No de Ley) que la Comunidad pida estas mejoras, con la convencia de diputados del PSOE pinteño que van a calentar la silla regional, a nivel local tampoco dicen esta boca es mía. Lo mismo están esperando a un cambio de Gobierno para volver a preocuparse por la movilidad de los pinteños que, recordemos, tienen en mayo una oportunidad de votar y botar a sus concejales.

En fin, para la próxima, proponemos al alcalde de Pinto un encierro en la Escuela de Danza o el pabellón Sandra Aguilar, a lo mejor así se da cuenta de que cómo están de abandonados estos edificios de su competencia.