María Inés Calderón, más conocida como La Calderona. Según las crónicas de la época -siglo XVII-, pasó de ser abandonada de niña en un portal a favorita del Rey Felipe IV; madre del bastardo Juan José de Austria y una de las actrices principales del Siglo de Oro Español.

La Calderona cobra vida nuevamente gracias a Natalia Calderón. La actriz, cantante y compositora me coge el teléfono -tuteándonos, claro- y desde el primer intercambio de saludos te das cuenta de la vitalidad que tiene. Transmite mucho con la palabra, su modo de vida. Y así hablamos largo y tendido de un personaje fascinante y, por qué no decirlo, clave en la historia de nuestro país.

Con esa vida de La Calderona, menudo papel tienes entre las manos.

La verdad que sí. Realmente te das cuenta de todos los obstáculos que tuvo que salvar para llegar a ser una reconocida actriz. Trabajaba mucho para abrirse camino, conseguir mantenerse y era muy respetada en el mundo del teatro. Hasta que el Rey se encaprichó de ella y a partir de ahí cambió su vida. Pero tiene ese mérito de ser una absoluta revelación en su época. Muy talentosa.

La Calderona: mujer y bastarda en una época en la que ser ambas era un estigma. Una historia de superación.

Tengo que decirte que indagando en su vida te das cuenta que hay muchas lagunas. Yo intenté investigar para encontrar el mayor número de verdades que pudiera. Pero no es tan fácil. Lo que sí parece es que esa paternidad no está reconocida y eso por supuesto fue en detrimento de ella. Aparte de eso, que ya era un obstáculo bastante grande, es mujer. Y serlo en aquella época era como ser nada. Para ella fue más difícil abrirse camino. Pero veo en esta mujer ese afán de superación, de tener muy claro quién eres y qué es lo que quieres para poder subsistir.

Al hilo de esto: ¿cómo estás viviendo este momento reivindicativo sobre el papel de la mujer en la sociedad?

Pues mira, lo primero que tengo es perplejidad por la falta de estructura a nivel legal que hay para proteger a la mujer. Me quedó estupefacta. Con todo lo que está cayendo, las mujeres que están siendo asesinadas, que lo estamos diciendo y pidiendo leyes que verdaderamente nos protejan. Y estas son solo no surgen, sino que encima vivimos algo tan terrible como lo que está sucediendo con el tema de La Manada y otras chicas violadas y asesinadas.

No se ve una conciencia ni un espíritu a nivel legal que nos haga sentarnos, cambiar y profundizar en las leyes para proteger al colectivo que está en una situación de seguridad muy precaria. Creo que todas las mujeres en general nos sentimos desamparadas a nivel legal. Lo bueno es que tenemos el apoyo de hombres y mujeres de a pie. Desde amigos a familia y amigos que te apoyan. Pero lo terrible es que las altas instancias no lo están atendiendo.

“Para mí el hip hop tiene esa capacidad de trabajar la palabra. Y el Siglo de Oro Español fue el siglo de la palabra. Y en cuanto coges verso y le metes ritmo, tú no sabes cómo fluye”

Volviendo a la obra, cuando me decías que indagabas sobre el personaje. ¿Qué conocías previamente de La Calderona?

Yo la conocía por mi madre, una persona muy leída y siempre conectada con la historia de España y me habló de ella. Fue el primer referente. Cuando se lo trasladé a David Ottone (director) a él le pareció una historia muy interesante y fue él el que nos animó a Pablo Paz, mi compañero, y a mí para adentrarnos y crear un espectáculo alrededor de esta figura.

Cuando empiezas a trabajar con este personaje lleno de leyenda, en el que realmente no tienes datos muy seguros a los que agarrarte, empiezas a descubrir la fuerza que tiene en sí misma. Tiene una energía que te envuelve y a mí me ha transmitido una capacidad de creer en mi misma, en mis capacidades para superarme, avanzar y sacar adelante mis proyectos.

He de decirte además que la información más veraz que he encontrado ha sido en un centro de documentación que hay en Estados Unidos. Hay una Universidad que ha tenido a bien interesarse por un trabajo literario español y han creado un fondo de lo más interesante.

Eso en Estados Unidos, pero aquí La Calderona, por lo general, es un personaje desconocido. ¿Quizá sea esa relación con la Casa Real y por eso calló en desgracia?

Yo creo que por lo que has mencionado. Porque tuvo esa relación con la Casa Real. Y cada vez que tú te acercas a la Casa Real tiembla el misterio (ríe). Creo que tuvo que ser con eso y con el hecho de que ya sabes que había ese problema de descendencia en ese momento y por lo que fuera, de 18 bastardos o más que tenía el Rey, es interesante que eligiera al de La Calderona para reconocerle y darle un puesto de mando. Entonces yo lo que me planteo es si tal vez la amó de verdad; tal vez se encaprichó mucho y entonces el valido, el Conde Duque de Olivares, decidió: «a esta tía tenemos que quitarla de en medio». Es peligrosa, está atontando demasiado al Rey (sonríe) y aquí tenemos una reina y una Casa Real que tenemos que proteger.

“Cuando empiezas a trabajar con este personaje lleno de leyenda empiezas a descubrir la fuerza que tiene en sí misma”

Sí, porque hablabas de leyendas y algunas crónicas de la época dicen que acabó sus días convertida en cabecilla de un grupo de bandoleros. Y que incluso la sierra de La Calderona en Valencia le debe su nombre a ella.

Te diría que es otra leyenda pero a mí me gusta. La imagino que en un momento ella volviera otra vez a tomar una decisión de liberarse, irse y romper las normas. Me gusta pensar en ello, pero no lo sabemos de verdad. Con todo lo que he investigado, no te puedo asegurar que efectivamente ella se fuera y se hiciera bandolera. Ya me gustaría (ríe).

La obra, como comentabas anteriormente, está dirigida por David Ottone, de Yllana, con el que ya trabajaste en Nano Cabaret. Le podemos decir al público que no solo va a descubrir a La Calderona sino que va a reír.

Sí, sí que va a reír. El sello Yllana está ahí. La maravilla de trabajar con alguien como David Ottone es que es una persona que consigue encontrar el gag hasta en lo más pequeño y llevarlo a sus últimas consecuencias. En La Calderona, dentro de una obra que podría ser como muy dramática se transforma en una obra muy amena. Al final es una tragicomedia. Hay momentos emocionantes y dolorosos, y pasa a momentos hilarantes y personajes que te sorprenden. La gente se ríe muchísimo porque hay muchas maneras de llevarte bien por el camino y no todas tienen por qué ser tan dramáticas. A mí me gusta pensar también que La Calderona debió ser una mujer con un gran sentido del humor. Para todo lo que tuvo que aguantar necesitas un poquito de sentido del humor (sonríe).

En la obra que interpretáis este sábado en Alcorcón (Buero Vallejo a las 20.00 horas) se mezcla ese ambiente barroco del Siglo de Oro con un DJ de fondo. ¿Cómo es esa combinación que la crítica ha calificado de arriesgada?

Bueno es una propuesta arriesgada cuando es algo que no se ha hecho. A lo mejor también lo dicen porque parece que son dos mundos contrapuestos, que viven en la polaridad: el mundo clásico y de repente el mundo del hip hop. Pero en absoluto. Para mí el rap y el hip hop, que lo viví muchísimo de chavala e hice un disco (Malinche) con el que trabajaba con raperos, lo que tienen es esa capacidad de trabajar la palabra. De transmitir las rimas, el sentido del ritmo, trasladar la realidad a través de la palabra.

El Siglo de Oro Español fue el siglo de la palabra. Un Quevedo, un Góngora ¡por favor! Era gente que utilizaba la palabra para hablar de lo que estaba sucediendo en ese momento y criticar. Un alarde de genialidad absoluto en el uso de la palabra. A nosotros nos parecía que la conexión era muchísimo mayor de lo que a priori puede parecer. Y en cuanto coges verso y le metes ritmo, tú no sabes cómo fluye. Va solo totalmente. Además teníamos a Rafael Boeta, autor del texto. Un poeta maravilloso que conoce muy bien la plasticidad de la palabra. Y en cuanto le sugerimos unirlo al hiphop vio todo el sentido. Poesía y rap es que van juntos.

Natalia Calderón junto a su compañero de reparto, Pablo Paz, y al fondo el DJ Hardy Jay

Una forma de transmitir el teatro clásico y abrir el abanico del público, ¿no?

Eso es. La gente más joven además es que te dice: “Lo he entendido todo”. Cuando normalmente haces una obra en verso la gente se pierde, o se cansa. Porque bueno, es complicado entender toda la poesía. Y aquí no. La gente lo recibe, entiende todo, se entretiene y lo disfruto. Y mucho te dicen: «si fuera así el teatro clásico yo sí que iría a verlo». Yo me quedo con eso. Me parece que hemos abierto una brecha importante y tendría que continuar.

A modo de resumen y para acabar. Compartes con La Calderona apellido. ¿Qué otras similitudes hay?

(Sonríe) Pues mira el amor al teatro y a la música. También ese ánimo por romper moldes, por creer en las propuestas propias, lucharlas y sacarlas adelante. Bastarda no soy (ríe) eso sí es verdad. Pero sí me doy cuenta de que hay un camino todavía por recorrer para la mujer en la sociedad. De hecho felicito a las no madres, porque creo que es otra cuenta pendiente de la sociedad con las mujeres que no son madres o por decisión propia, o por las circunstancias. Me siento cada día conectada con este ser femenino que intenta crear una sociedad más responsable hacia las mujeres, más abierta. Que haya una coexistencia pacífica y positiva entre hombres y mujeres. Y en eso sí nos pareceríamos.

FICHA TÉCNICA LA CALDERONA

Reparto: Pablo Paz y Natalia Calderón

DJ: Hardy Jay

Dirección artística: David Ottone

Dirección actoral: Pablo Viña

Dramaturgia: Rafael Boeta

Música Original: Marc Álvarez

Duración: 1 hora y 30 minutos