uleg leganes

Ooctubre de 2016. Al Cabo de la Calle, en rigurosa exclusiva, destapa que Antonio Almagro cobra en su condición de concejal de ULEG, con una dedicación del 80%, unos emolumentos de 40.000 euros anuales. Así consta en el portal de Transparencia del Ayuntamiento de Leganés. Por otro lado, desempeña otra actividad profesional en una empresa del sector ferroviario a jornada completa.

Inmediatamente después de saltar la noticia, el Ayuntamiento decide crear una comisión de investigación sobre el ‘caso Almagro’. Paralelamente ULEG, partido liderado por Carlos Delgado, trata de amordazar a este periódico por desvelar ante la opinión pública semejante escándalo. Utiliza incluso la vía judicial, donde pierde estrepitosamente frente al poder de la libertad de prensa.

El hedor que desprende todo el ‘caso Almagro’ es tan insoportable que las maquiavélicas aspiraciones de Delgado por taparlo se han truncado

Pero pasan los meses y la comisión de investigación no arranca. Más de un año después de su creación, finalmente el presidente de la misma, Rubén Bejarano, decide convocarla ante las presiones del resto de partidos. Se celebra la primera reunión donde reina el formalismo. De la segunda sesión de la comisión del ‘caso Almagro’, nada se sabe. No hay luz ni taquígrafos porque Bejarano, achantado por la furia de Carlos Delgado, decide que sea secreta ante la indignación del resto de ediles.

Es verdad que la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, permite en el artículo 70 la privacidad de estas sesiones si pueden menoscabar derechos recogidos en el artículo 18 de la Constitución. Bejarano encuentra así un salvavidas al miedo atroz que le tiene a Carlos Delgado, no vaya a ser que el conocido sicofanta de Leganés y sus huestes urdan una campaña de desprestigio, acoso y derribo.

Pero como diría el abogado, político y poeta ecuatoriano, José Joaquín de Olmedo y Maruri: “La opinión pública y la libertad de imprenta son la espada flamígera del Querubín que vela sobre el árbol de la libertad”. Y así ha salido a la luz pública el desarrollo de esta segunda sesión de la comisión de investigación del ‘caso Almagro’. Una sesión donde Carlos Delgado, igual de nervioso y exaltado como cuando a Napoleón le contaban sus generales las infidelidades de Josefina, amenaza con sacar trapos sucios al resto de concejales de la Corporación si siguen adelante con la comisión.

Si Carlos Delgado conoce presuntas irregularidades de otros concejales, como dijo en la comisión del ‘caso Almagro’, ¿por qué no las saca?

Tras esa actitud deleznable surgen muchas preguntas. Por ejemplo. ¿Por qué Delgado no quiere que se investigue? ¿Qué teme? Si conoce presuntas irregularidades de otros ediles que, como él, viven del dinero de todos los vecinos de Leganés, ¿por qué no las saca? ¿Es el precio de la Omertá? ¿Y por qué no ha hablado en todo este tiempo Antonio Almagro? ¿Dónde está ese dinero y para qué se ha destinado?.

Cuestiones que deben resolverse en la comisión de investigación del ‘caso Almagro’. Una comisión que ULEG, con su líder al frente, quiere sumergir en las cloacas de Leganés. Pero el hedor que desprende todo el asunto es tan insoportable que las maquiavélicas aspiraciones de Delgado se han truncado. Porque la libertad, al final, siempre vence a la tiranía. Por eso señor Bejarano, no tenga miedo, saque todos los papeles y arroje luz al ‘caso Almagro’.