aludes

Los agentes forestales de la Comunidad de Madrid, en colaboración con el personal de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), han puesto en marcha la campaña para la Previsión de Aludes de la Sierra de Guadarrama. Este apoyo, que se desarrolla todos los inviernos desde el año 2009, cuenta con dos líneas de actuación por parte de los participantes.

Por un lado, los agentes forestales recogen datos y realizan un informe diario sobre la situación de tres fenómenos meteorológicos: niebla, nieve y tormentas. Por otra parte, en el entorno de Peñalara, gracias a la colaboración establecida con la AEMET, los agentes forestales hacen una serie de catas en el manto nivoso. Los resultados obtenidos se utilizan para que la agencia publique su informe de riesgo de aludes en regiones como Peñalara (I), Parque Regional de la Cuenca Alta de Manzanares – Oeste, Parque Regional de la Cuenca Alta de Manzanares – Norte y la zona de la comarca de Lozoya.

RECOMENDACIONES

La Dirección General de Emergencias de la Comunidad de Madrid ha hecho pública una serie de recomendaciones de cara a la producción de un hipotético alud en la sierra, situación que no se ha dado este año. Entre estas recomendaciones se encuentra la de evitar la práctica de excursionismo o senderismo en zonas recién nevadas, hasta que el manto de nieve esté bien asentado. También es aconsejable evitar las laderas lisas, sin grandes rocas ni árboles y caminar por las partes altas de las laderas.

El excursionista debe tener en cuenta que las laderas contrarias a las que sopla el viento y las orientadas hacia el sol tienen mayor riesgo de aludes. En el caso de una marcha de un grupo de montañeros, se debe aumentar la distancia entre unos y otros para evitar el riesgo de que, si se produce un alud, todos queden afectados. Además, si la temperatura sube bruscamente, sobre todo en primavera, lo razonable es no transitar por los lugares con mucha nieve.

Y, finalmente, si se percibe el desprendimiento de un alud hay que correr en sentido perpendicular a la línea de caída para salir de la trayectoria de la nieve. Si no se consigue salir, hay que intentar “nadar” para mantenerse en la superficie del alud.