El Camino de Santiago se ha convertido en los últimos tiempos en un auténtico fenómeno de masas y los desafíos para completar alguna de las rutas que conducen a la capital de Galicia también se han multiplicado de manera exponencial. Pero sin duda uno de los que más ha llamado la atención recientemente ha sido el reto de varios integrantes de la Escuela de Atletismo Fuenlabrada, que han logrado completar los 720 kilómetros que separan la puerta de la escuela de la Catedral de Santiago corriendo por relevos de manera ininterrumpida en un tiempo de 61 horas.

El reto atendía al nombre de A Santiago sin parar y los motivos tenían que ver no solo con el aliciente que suponía realizar de manera conjunta una empresa tan complicada. También incluía un apartado reivindicativo para dar visibilidad al contencioso que de un tiempo a esta parte mantiene la escuela con el Ayuntamiento y del que en Al Cabo de la Calle dimos cumplida cuenta hace unos meses.

Daniel Hernando, vigente campeón de España de 100 kilómetros, fue uno de los participantes en esta aventura deportiva y explicaba que “fuimos once personas las que emprendimos este reto, nueve corredores y dos ciclistas de acompañamiento, además de otros cuatro compañeros que nos apoyaron en las etapas de Madrid. Dividimos el camino en 65 postas con una media de 11 kilómetros por relevo”, señalaba antes de especificar que se pusieron en marcha “a las seis de la tarde del jueves día 13” y entraron en la plaza del Obradoiro “a eso de las siete de la mañana del domingo 16”.

También incluía un apartado reivindicativo para dar visibilidad al contencioso que de un tiempo a esta parte mantiene la escuela con el Ayuntamiento

Entre los implicados en el desafío había de todo, desde gente acostumbrada al ultrafondo como el propio Hernando hasta corredores habituados a distancias de 800 o 1.500 metros, “para los que ha supuesto un reto aún mayor”. Él mismo reconoce que se le hizo “muy duro”, especialmente “por las pocas horas de sueño. Ha sido toda una paliza porque apenas dormimos cuatro de las sesenta horas y que cada uno corrimos entre 80 y 90 kilómetros”.

Aun así, admite que tanto esfuerzo bien mereció la pena “porque fue tremendamente emocionante entrar todos juntos en la plaza de la Catedral después de haber dado todo lo que teníamos”. Además, se han sentido tremendamente arropados desde fuera. “En la escuela nos ha seguido todo el mundo y se ha interesado mucha gente de fuera. Durante la prueba colgamos muchas fotos y emitimos varios directos online que tuvieron un notable seguimiento y muchos se sorprendieron de que consiguiéramos este reto”, dice antes de apostillar que “somos gente que nos hemos conocido en la Escuela de Atletismo de Fuenlabrada y que hemos llegado hasta Santiago gracias a los valores de solidaridad y compañerismo que nos inculcaron en la escuela”.