Una imagen vale más que mil palabras. La imagen es impacto. Llega a lo más profundo. Se hace viral. Queda en la retina y el cerebro de un individuo. En el momento en el que una imagen se apodera de todo, la palabra queda reducida a la mínima expresión. Más hoy en plena era de la imagen y la tecnología.

La política vive mucho de la imagen. Para bien o para mal. Y estos días en España lo vemos más evidente con el marketing puesto en marcha por el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pero vayamos a la hemeroteca. Fue en 1960 concretamente cuando la imagen se adueño del discurso político. Más en particular, tras el primer debate televisado entre dos candidatos a presidir Estados Unidos. Entonces, Kennedy le ganó la batalla a Nixon por cuidar su aspecto. JFK lucía impoluto ante las cámaras. Maquillado, un traje resplandeciente e incluso con la tez bronceada. Por contra Nixon apareció en traje gris, serio y sin maquillar. Estaba abocado al fracaso y así fue.

Agentes de la UDEF entran en los ayuntamientos de Fuenlabrada y Arroyomolinos por el presunto amaño de contratos

Desde entonces la imagen ha sido -o intentado al menos- escrupulosamente cuidada y mimada por los políticos, sus equipos y gobiernos. La fuerza de una instantánea es tal que habla mucho también de la ciudad. Y hoy, lamentablemente, Fuenlabrada y Arroyomolinos tienen su imagen por los suelos.

Todo a raíz de la ‘operación Enredadera’. Agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, bajo mandato de la Fiscalía Anticorrupción y el Juzgado de Instrucción número 2 de Badalona, registraron más de cuarenta ayuntamientos de toda España -dieciséis en la Comunidad de Madrid por el presunto amaño de contratos en la instalación de semáforos, radares o aplicaciones policiales y concernientes a la seguridad. Entre esos ayuntamientos estaban Fuenlabrada y Arroyomolinos, cuyos vecinos despertaron con la imagen de furgones policiales a las puertas de ambos consistorios.

Mientras la Justicia sigue su camino, la imagen de la presunta corrupción será una losa difícil de quitar por los Gobiernos de ambos municipios

La operación se saldaba con la detención del jefe de Policía Local de Fuenlabrada, cuya mochila ya pesaba desde el año 2012 por sospechas similares y sorprendentemente seguía en el cargo. Y también con la detención -efímera, eso sí- del alcalde de Arroyomolinos, que se recupera de un infarto del que afortunadamente está fuera de peligro.

La Justicia avanzará. Lenta, sí, pero con paso firme. Como siempre. Y mientras la Justicia sigue su camino, la imagen de la presunta corrupción -otra más en el sur de Madrid- será una losa difícil de quitar por los Gobiernos de ambos municipios. Más aún a un año de las elecciones, donde la operación Enredadera ha puesto ‘patas arriba’ la política local.

El rodillo del PSOE en Fuenlabrada parece hoy menos contundente, y los socialistas de Arroyomolinos, divididos en canal por una Ejecutiva actual más preocupada por sus intereses personales que de los vecinos. Se van del Gobierno cuando el barco del cambio parece hundirse, solo por interés particular y buscando el rédito electoral. Y mientras tanto, la imagen de la Policía entrando en ayuntamientos que a los vecinos no se les va a olvidar.