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“Os digo: ¿qué tienen de malo los muelles? El amor al dinero maldito. Y para vosotros el amor al dinero es más importante que el amor al prójimo”. Lapidario Karl Malden cuando se dirige a los trabajadores del muelle, incluido Marlon Brando, en La ley del silencio, de Elia Kazan. La película con la que, en 1954, intentaba expiar sus pecados tras la caza de brujas perpetrada por el senador McCarthy en Estados Unidos y con la que nos presentaba el gran esfuerzo que supone ir contra la corriente y el poder.

Sorprende el silencio de Podemos en la cesión de terrenos casi regalada para construir un colegio privado. Más cuando se dicen defensores de lo público

Un Marlon Brando que, tras reconocer que “aquí en el muelle todos somos S y M. Sordos y Mudos”, empezaba a abrir sus ojos y a denunciar las pésimas condiciones de trabajo en las que se encontraban, entonces, los estibadores. Brando, que nunca se amedrentó frente a los poderosos que intentaban silenciarle y fue capaz de rechazar su Oscar por El Padrino en la ceremonia de 1973 como protesta por el exterminio de los nativos americanos. Sacheen Littlefeather, activista india, lo recogió en su nombre. Bofetada a la Academia e imagen para la posteridad mediante.

Pues bien, esa Ley del silencio parece que se ha resquebrajado en Fuenlabrada a raíz de las últimas informaciones que trascienden en la ciudad y a dos meses vista de las elecciones municipales. Esas grietas las ha visto el PP local para hacer mella y tratar de derribar un muro socialista que impera en la localidad desde hace 37 años. Un caso similar al de Andalucía.

Casualidad o no. Coincidencia con los tiempos. O como quiera llamársele. Lo cierto es que en Fuenlabrada empiezan a aflorar las dudas sobre convenios urbanísticos de otro tiempo y ahora conversaciones telefónicas transcritas en el sumario del ‘caso Emperador’.

Cuestiones que siempre estuvieron ahí y que ahora empiezan a aflorar. Ya se sabe que la vía judicial, ante asuntos tan peliagudos, sigue un camino que no coincide con la vía política. Y cada partido elige su forma de hacer esa política. El ciudadano será el encargado, dentro de dos meses, de valorar, castigar o premiar en su caso dichas formas.

En Fuenlabrada empiezan a aflorar las dudas sobre convenios urbanísticos y ahora revelaciones que aparecen en el sumario del ‘caso Emperador’

Pero cuanto menos sorprende que ante ciertas revelaciones solo discutan el Gobierno municipal y el Partido Popular. PSOE y PP han entrado en guerra abierta por tres asuntos: permuta de terrenos en 2006, dos convenios urbanísticos de cesión casi gratuita de parcelas municipales para construir un colegio privado y las transcripciones de la ‘operación Emperador’. ¿Y qué pasa con el resto de partidos. Los que se supone nuevos en el escenario? Pues silencio.

Salvo contadas excepciones -como en la sesión plenaria que rechazó la comisión de investigación de la permuta de terrenos de 2006-, Ciudadanos y Podemos siguen mudos ante la avalancha de noticias que protagonizan la agenda política del municipio. Sorprende sobre todo el silencio de Podemos en cuanto a la cesión de terrenos para construir un colegio privado. Un partido que se dice defensor de la escuela pública.

Ya avisamos de la necesidad de luz y taquígrafos en Fuenlabrada. Sobre todo ahora que Javier Ayala parecía haber roto con esa imagen austera del PSOE de Robles. El actual alcalde debe salir de esa zona de confort y despejar cualquier duda, si no quiere que la grieta sea aún mayor.