Hace más de un siglo, en el año 1915, Franz Kafka publicaba una novela revolucionara para la época, incluso nuestros días, como La metamorfosis. La historia de un tipo, Gregorio Samsa, que una mañana despierta convertido en un enorme insecto, que poco a poco pierde la comunicación con su entorno social, ajeno a toda realidad. Nos ahorramos el final porque los ‘spoilers’ están prohibidos, transcurra el tiempo que sea.

Este relato corto de Kafka ha estado abierto a lo largo de la historia a muchas interpretaciones. Religiosas, filosóficas, sociales… En verdad habla de la vida y la muerte como tal, abierta al humor y la tragedia. Incluso el terror. ¿Acaso no transitamos todos los días por estos estados? ¿No nos levantamos por las mañanas de una manera, para volver al reposo de otra?

Afortunadamente, los estados son pasajeros, perdura la esencia. Sin embargo, y por desgracia, todavía hay personas que se identifican con sus estados. Se dejan y quedan atrapados en ellos, olvidando quienes son en realidad, hasta convertirse en perfectos desconocidos.

Si nos vamos a la política municipal y, en concreto, a Pinto, vemos que la Alcaldía, pasajera y abierta a la renovación cada cuatro años, provoca una metamorfosis en quien la ostenta. El caso claro, el del exalcalde Rafael Sánchez. Llegó al poder, contra todo pronóstico, en un momento convulso social y político, con una carta de promesas que terminaron en papel mojado.

El máximo exponente de su involución fue el conflicto de Pintogym, por el que dio la espalda a quienes en su día confiaron en él. En 2019, fue la ciudadanía quien lo botó fuera de la Alcaldía, lógicamente. Una vez que se pierde la comunicación con tu entorno social, esto es, los vecinos, el resultado no puede ser otro, afortunadamente, pues necesitamos una opinión pública crítica.

Quien parece seguir sus pasos es su sucesor en el cargo, el socialista Diego Ortiz. Restan poco más de dos meses para las elecciones municipales del 28 de mayo y si hacemos balance, observamos también una evidente metamorfosis en su paso por la Alcaldía. El último ejemplo, las primarias de la Agrupación Socialista de Pinto, que ha acabado como el rosario de la aurora. Ortiz, confirmado por la Ejecutiva regional, no participó, pero como cabeza visible del partido a nivel municipal, parece que no tiene todo el respaldo de la militancia.

Es lo que sucede, claro, cuando pierdes la realidad de tu municipio, no sales a la calle y compruebas que asfaltar en invierno, pues no es lo más acertado; o cuando el Cercanías es un desastre y te unes a las reclamaciones cuando no te queda más remedio; o las instalaciones municipales se caen a pedazos y ahí sigues, de brazos cruzados; o cuando los Bomberos continúan denunciando que se usurpan sus competencias desde el ámbito local. Encima ya ni siquiera los tuyos te reconocen. Es lo que pasa por identificarse con el estado pasajero, el del poder, que no es absoluto. Te metamorfoseas y marchitas.