La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define paradoja como: Hecho o expresión aparentemente contrario a la lógica. También admite la acepción de: Empleo de expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí.

Un ejemplo de paradoja es el mercado laboral en España. Y es que somos un país con 3,2 millones de parados, de los cuales poco más de un millón son menores de 30 años. Eso según las cifras oficiales del Ministerio de Trabajo, que avanzó en el mes de septiembre un descenso del desempleo como nunca antes en la serie histórica.

Los datos son muy preocupantes, pues la cifra de paro ronda el 16% de la población activa, a la cola en la Unión Europea. Y en lo que se refiere al paro juvenil, el drama es aún mayor, a tenor de las estadísticas oficiales.

He aquí la paradoja. Según la europea Transport Intelligence, España necesita en este momento en torno a 16.000 camioneros, si no quiere empezar a sufrir problemas en la distribución de mercancías. Obviamente el hachazo que el Gobierno de PSOE y Podemos tiene pensado asestar a los autónomos, subiendo las cuotas entre 96 y 225 euros al año en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, no ayuda. Tampoco subir impuestos como el de sociedades y tener la gasolina y el gasoil por las nubes, siendo casi un euro del precio del litro (está en algunos casos a 1,59) solo impuestos. Pero aún así, ésta se antoja una salida profesional que debiera dar qué pensar a parte de esos 3,2 millones de parados.

Construcción, Transportes y Hostelería necesitan cerca de un millón de trabajadores, mientras el paro es de 3,2 millones de personas

Asimismo, la Fundación Laboral de la Construcción estima que se necesitarán en este sector, en solo un año, alrededor de 700.000 trabajadores como albañiles, ingenieros de caminos, peones, agentes inmobiliarios, capataces, electricistas o jefes de obra. Es más, la Confederación Nacional de la Construcción avanzaba recientemente que 7 de cada 10 euros de los fondos europeos (España recibirá en torno a 70.000 millones), están ligados, directa o indirectamente, a la Construcción.

Y para remachar, el Instituto Nacional de Estadística estimaba que solo en un año, en Hostelería y Turismo, había vacantes 120.000 puestos de trabajo. Eso sin contar otros sectores punteros en investigación, desarrollo y nuevas tecnologías.

En definitiva, que cerca de un millón de puestos de trabajo están esperando a ser ocupados en España, a la par que los Presupuestos de 2022 recogen que 4 de cada 10 euros irán destinados a pagar prestaciones por desempleo y pensiones. Cierto que somos un país envejecido, pero igualmente tenemos casi un 40% de paro juvenil. Lo que lleva a preguntarnos: ¿qué ocurre en España para que el paro esté desbordado habiendo trabajo?

Urge una reflexión de todos los sectores, pues las condiciones laborales han de ser lo suficientemente atractivas como para animar a esos desempleados a encontrar una oportunidad de futuro en sectores como los anteriormente mencionados. E igualmente la población ha de entender que el futuro de un país no puede sustentarse en pagas y subvenciones, pues eso está abocado a la ruina absoluta.

Claro que, con un Gobierno que despilfarra dinero público a espuertas y machaca a impuestos a sus ciudadanos, tampoco es de extrañar la narcolepsia en esta paradójica sociedad.