«Es la rotativa, amiguito, y no puede usted hacer nada contra ella. Nada”. Con estas palabras se dirigía Humphrey Bogart en ‘El Cuarto Poder’ a ese bandido que intentaba amenazarlo por teléfono para no publicar una exclusiva.

Y es que a diario la prensa, en todos sus ámbitos, se ve amenazada por las élites del poder político para no destapar en muchos casos sus vergüenzas. Que queden al aire de la opinión pública. Como decía Paul Julius Baron von Reuter, periodista y fundador de la Agencia Reuters: “Una prensa censurada es el instrumento de una minoría corrompida”. Y añadía que: “Una prensa libre es símbolo de un pueblo libre, pues la verdad significa libertad y sin libertad solo puede haber esclavitud y degradación”.

Como decía Paul Julius Baron Von Reuter, fundador de la Agencia Reuters: “Una prensa censurada es el instrumento de una minoría corrompida”

De ahí el papel importantísimo de una prensa libre en una sociedad democrática y plural. El periodismo es como ese guardián que fiscaliza el trabajo de los tres poderes del Estado para que no olviden que están al servicio de la gente y no a servirse de ella.

Obviamente la prensa debe cumplir una serie de requisitos como el contraste de informaciones o la veracidad de lo publicado, pues entran en juego otros derechos como la intimidad o el honor, y que todo el mundo debe defender hasta donde haga falta si entiende que algo publicado no se ajusta a la realidad y atenta contra su persona. En ese extremo, si se da, el periodismo debe por supuesto rectificar.

Los políticos, en tanto que personas, también tienen ese derecho de acudir a los tribunales si creen que una información les perjudica. Faltaría más. Pero en su condición de gestores de lo público, esto es, de aquello que es de todos, no pueden tener la cara de cemento armado de sentirse vilipendiados a las primeras de cambio. Más si la publicación que intentan silenciar cuenta con el respaldo de documentos irrefutables.

“Una prensa libre es símbolo de un pueblo libre, pues la verdad significa libertad y sin libertad solo puede haber esclavitud y degradación”

Lamentablemente esto no suele ser así. Ha pasado en Leganés y hasta dos veces en Arroyomolinos, donde primero el Juzgado de Primera Instancia de Getafe y ahora la Audiencia Provincial de Madrid nos han dado la razón en una exclusiva sobre la técnico de Empleo, perteneciente a la Ejecutiva del PSOE de Arroyomolinos, que fue juez y parte en un proceso de selección de auxiliares de biblioteca.

“Desde el PSOE de Arroyomolinos tomaremos todas las medidas necesarias para que el panfleto Al Cabo de la Calle rectifique las falacias y mentiras que vierte en torno al proceso de selección de la categoría de auxiliar de biblioteca”, decían los socialistas para calmar a los suyos. Panfleto, mentiras, falacias…Insultos a los que estamos acostumbrados por los partidos políticos que tratan de aprovechar el ámbito local para hacer política de forma torticera. Mientras haya medios de comunicación, no lo conseguirán.

Tal vez por estas actitudes contra la prensa, el PSOE ha pasado de ser primera a tercera fuerza en Arroyomolinos. Un municipio donde se da el paradigma de contar con una de las agrupaciones socialistas de la región que, por una liberación, es capaz de pactar con quien haga falta.