alta tension cables arroyomolinos

Allá por diciembre de 2005, concretamente el 21, los Ayuntamientos de Moraleja de Enmedio, Arroyomolinos y Móstoles suscribieron un convenio con Red Eléctrica de ESPAÑA (REDESA) para modificar el trazado de las líneas de alta tensión de 400 KV Galapagar-Moraleja y Villaviciosa-Moraleja-Morata que atraviesan el casco urbano de todos ellos.
Dicho acuerdo contemplaba pagar a Red Eléctrica 1.126.000 euros, en el caso de Moraleja de Enmedio; 550.000 Móstoles y 3.550.000 en el caso de Arroyomolinos. Era el primer pago del desvío hasta un cómputo final de 8.5 millones de euros aproximadamente. Moraleja de Enmedio realizó las modificaciones comprometidas en su PGOU. Sin embargo, tras 12 años, no se ha ejecutado ni un euro del convenio ni se ha llevado a cabo ninguna iniciativa en relación con la firma de 2005. Hasta ahora.

Y es que el actual alcalde de Arroyomolinos, Carlos Ruipérez, pedía una reunión con todos los municipios afectados y otras administraciones como la Comunidad de Madrid para renovar el convenio de 2005 y proceder a desviar los cables de alta tensión que atraviesan el municipio.

“Estas torres cruzan el municipio y conlleva problemas de todo tipo. Además, de hacer una ocupación del suelo que podría ser utilizado para todo tipo de recursos municipales, dotaciones de infraestructuras o desarrollos”.

Su formación a nivel regional, Ciudadanos, recogía el guante y presentaba una Proposición No de Ley (PNL) en la Asamblea de Madrid para el desvío de las antenas y cables, así como asumir el gasto con cargo al Plan Regional de Inversiones.

“Los vecinos de Arroyomolinos llevan muchos años escuchando el chasquido y los ruidos de las torres y queremos que el resto de los partidos políticos se comprometan a una solución”, decía el portavoz regional de Ciudadanos, Ignacio Aguado, antes del debate en la Asamblea. Y dicho y hecho, ya que el resto de grupos, por unanimidad, han aceptado la PNL y han iniciado los primeros pasos para proceder al desvío de los cables.

PREOCUPACIÓN

Los impulsores de esta iniciativa se han marcado el final de la Legislatura como límite para proceder a responder a esta reclamación histórica. Por ello el proceso de movilizar a todas las administraciones implicadas será lento pero esperan que, finalmente, acabe fraguando en un impulso del convenio para proceder al necesario desvío de los cables de alta tensión.
Mientras tanto, la preocupación entre los vecinos por el paso de las líneas de alta tensión no disminuye, ya que estas producen molestos ruidos e incluso algunos achaques a la salud. Especialmente intranquilos están los padres de una escuela infantil de Arroyomolinos por donde los cables pasan a menos de 25 metros de altura del edificio, lo que ha provocado las quejas de los progenitores que viven a diario con esa problemática.

Sin embargo el regidor de Arroyomolinos quiso transmitir tranquilidad a padres y madres de los escolares. “Hay informes sobre el impacto en la salud de todo tipo y en ambos sentidos, pero independientemente de los informes nos preocupa mucho este tema”, apuntaba Ruipérez, que insistía en que “hace 12 años que se firmó el convenio” y se preguntaba “¿cuánto tiempo necesitan las instituciones para solucionar un problema de interés público?”, volviendo a reclamar la necesidad de impulsar el convenio de 2005.