Un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha declarado a los hermanos Javier y Guillermo Fernández Flores culpables del asesinato de Luis Romero Durán, conocido como Luisito’, quien falleció el 6 de abril de 2018 tras ser acribillado a tiros poco después de salir del despacho del abogado Marcos García Montes en Chamberí, han informado fuentes jurídicas.

El crimen se atribuyó en la investigación policial y judicial a una ‘vendetta’ familiar. Se produjo tres días antes del juicio en el que el fallecido iba a ser juzgado por la muerte del padre de los hermanos Fernández, ocurrido en 2015 en un polígono de Arroyomolinos.

En el momento del asesinato, ‘Luisito’ acababa de tener una cita con una de las abogados del despacho de Marcos García Montes para preparar la vista oral. Nada más salir y acompañado por sus padres, fue acribillado a tiros. Murió en los brazos de su padre.

El veredicto, que se hizo público el pasado miércoles, llega tras más de un mes de sesiones en las que el tribunal del jurado ha podido escuchar testimonios claves que enervarían la presunción de inocencia de al menos dos de los tres acusados.

Los miembros del tribunal de jurado han considerado a los hermanos que presuntamente efectuaron los disparos autores de un delito de asesinato y de tenencia ilícita de armas. Pese a dictaminar la culpabilidad de Javier y Guillermo, el jurado ha determinado exonerar a otro de los hermanos, que se había sentado en el banquillo de los acusados por presuntamente ayudarles a huir de la escena del crimen.

En el juicio estaban citadas la mujer y la madre de la víctima, quienes presenciaron los hechos. Sin embargo, no acudieron a la citación judicial por miedo a las amenazas recibidas.

Uno de los agentes que instruyó el atestado relató en el juicio que la mujer de Luisito identificó «plenamente» a sus hermanos en la escena del crimen como los autores del asesinato de su marido. «Han sido mis hermanos», gritó la testigo nada más llegar la Policía Nacional al número 3 de la calle Fernando el Católico.

Sendas familias enfrentadas, los Romero y los Fernández, pertenecen a los mercheros o quinquis, una etnia propia y que se les identifica como medio payos, medio gitanos.

Javier y Guillermo Fernández afrontan una petición fiscal de 31 años de cárcel, mientras que la familia de la víctima eleva la pena a 36 años. Para el otro hermano se pedía 9 años y 9 meses de cárcel como cooperador necesario del crimen. Pero será absuelto conforme al veredicto popular.