María Alirangues
María Alirangues da instrucciones en un partido (Foto: Pedro Rodríguez Canelo)

El Balonmano Pinto decidió este verano dar un cambio de rumbo en su primer equipo y poner al frente del nuevo proyecto a María Alirangues, que a sus 26 años afronta este desafío con el propósito de que el colectivo pinteño mantenga la progresión de las últimas temporadas. María, que además de este nuevo cometido seguirá como jugadora en activo y dirigirá un equipo juvenil en el BM Concepción, está convencida de poder compaginarlo todo con éxito y asegura que no piensa cambiar su metodología de trabajo pese al evidente salto de categoría que supone entrenar en Primera Nacional masculina.

¿Cómo surge la posibilidad de dirigir al Balonmano Pinto?
Pues ya había tenido antes la oportunidad porque les gustaba como entrenaba y supongo que al haber sacado este año el título nacional me lo han ofrecido por eso. Les gustaba mi modo de trabajar y seguramente querían un cambio.

¿Le costó aceptar la propuesta?
Sí, me costó aceptar porque al acabar la formación nacional recibí otras ofertas y tuve que valorar pros y contras. Al final me decidí porque el proyecto era muy bonito, me gustaba cómo competía este equipo y además me daba la posibilidad de compaginar bien el resto de mi vida.

Solo tiene 26 años, pero experiencia en los banquillos no le falta…
Llevo once años entrenando. Siempre he entrenado base, desde los más pequeños hasta juveniles. Y ahora este nuevo cometido tampoco supone un supercambio porque los jugadores se han adaptado muy bien y resulta muy fácil entrenar con ellos.

Además juega en el equipo senior del BM Concepción y dirige al juvenil femenino, ¿como se las apaña?
Sí, sigo jugando y dirijo el juvenil femenino porque llevo con ellas desde los ocho años y ya tienen 17. Fácil no es compaginarlo todo, pero sarna con gusto no pica y me han dado muchas facilidades.

¿Cuesta mucho cambiar el chip a la hora de entrenar equipos femeninos y masculinos?
Yo trabajo igual con chicos que con chicas. No hago distinciones. Al final todo es balonmano y quiero que las chicas jueguen al mismo nivel. Estaría bien poder aplicar todo lo táctico del femenino al masculino y todo lo físico del masculino al femenino, pero al final ya digo que trabajo igual con los chicos que con las chicas. Mi modo de entrenar no ha cambiado y nos va bien.

En la Primera Nacional masculina del balonmano español entrenan cuatro mujeres ¿qué le dice el dato?
Que ojalá hubiese más entrenadoras, pero sabemos que nos movemos en un mundo más masculino. De todas formas yo no me siento diferente. Al revés, me he sentido muy bien acogida desde que llegué y muy contenta porque además estamos teniendo los resultados que queríamos.

¿Como valora este arranque de competición?
En el primer partido estábamos un poco nerviosos, pero jugamos muy bien y sacamos el partido entre todos. Los 18 jugadores me aportan lo mismo y eso es muy beneficioso. Y luego a un recién descendido como Gijón le plantamos cara todo el partido. Creo que podemos soñar con lo que queramos perseguir.

¿Qué reto se ha marcado para este primer curso al frente del BM Pinto?
El objetivo que hemos fijado es que en casa no nos puede ganar nadie. Nuestro pabellón tiene que ser un fortín y quien quiera ganarnos va a tener que sudar. Espero y confío en que iremos a mejor a lo largo de la temporada y que al final estaremos arriba.

¿Y qué mensaje enviaría a la mucha afición que el balonmano tiene en Pinto?
Pues les diría que al final esto es deporte, educación, valores y sentimientos de lucha y entrega. Es impresionante ver cómo se llena el pabellón en casa. Que nos sigan apoyando que nosotros vamos a seguir trabajando a tope por ellos.