Este sábado, 15 de junio, 8.000 municipios de toda España eligen a su alcalde. Entre ellos Leganés. Y el regidor será -y tiene que ser- Santiago Llorente. No ya sólo porque los vecinos -más de 30.000- decidieron dar la victoria de forma democrática y en las urnas al PSOE, sino porque a día de hoy no hay una alternativa útil, posible y viable a un Gobierno de Santiago Llorente.

La realidad es así de aplastante. La realidad, en forma de voto, se ha llevado por delante la credibilidad de muchos de los políticos de Leganés. Algunos ni repetirán, pues no han logrado ni obtener representación. En cambio el PSOE ha crecido en confianza y liderazgo. Pasa de 6 a 10 ediles, más del doble que su perseguidor, ULEG, quien ha sucumbido a, ya decimos, esa tozuda realidad.

El PSOE ha crecido en confianza y liderazgo. Pasa de 6 a 10 ediles, más del doble que su perseguidor: ULEG, que ha sucumbido a la tozuda realidad

Porque la verdad está en la calle. En los colegios electorales. En el día a día de los leganenses. No en ese Matrix en el que vive ULEG -vía Twitter- para mantener el cortijo de un político profesional como Carlos Delgado Pulido, que va camino de los veinte años viviendo a costa del bolsillo de los vecinos. Cinco elecciones a las que se ha presentado y otras tantas las que ha perdido. En estas últimas el viento le soplaba de cara, pues el escenario era inmejorable. Pero ni por esas. Adiós a unos cinco mil votos y dos concejales menos que en 2015.

Delgado y ULEG se han creído sus propias mentiras, vendiendo encuestas ‘amigas’ que les daban la victoria. Con un cronómetro que vaticinaba su victoria. ¿Y han hecho autocrítica? Ni por asomo. Al revés.

En un acto de cobardía política, el portavoz de ULEG echa balones fuera y culpa a los demás de sus malos resultados. A los 30.000 vecinos que han votado al PSOE -seguro que entre ellos alguno votó a ULEG en alguna ocasión-. A ellos se dirige día a día casi menospreciándoles. Menuda idea de la democracia tiene este individuo. Incluso a la cúpula del CD Leganés. Eso sí, una vez terminada la campaña electoral, pues antes del 26 de mayo el superhéroe vecinal se achicó ante la imponente figura de Felipe Moreno.

El único consuelo de ULEG es aprovecharse de la crisis del PP y ser segunda fuerza aun perdiendo apoyos. Vano consuelo, pero viendo el peculio que otros cuatro años se va a llevar el ‘bueno’ de Delgado: dame pan y dime tonto.

Llorente ha abierto el Gobierno a otras formaciones. Ha abierto el Ayuntamiento al diálogo. Eso sí es democracia y no los insultos y amenazas

Así pues no hay alternativa en Leganés a un Gobierno de Santiago Llorente. ULEG y su líder ya se han encargado de dinamitar puentes con otras formaciones. Eso de pactar no va con ellos. No entienden, como decía Gustave Le Bon, que “gobernar es pactar”.

Y eso sí lo ha hecho Llorente con Más Madrid-Leganemos. El alcalde, que podría gobernar en solitario, ha tendido la mano. Ha abierto el Gobierno a otras formaciones. Ha abierto la institución al diálogo. Porque eso sí es democracia y no los insultos y las amenazas o colapsar los juzgados.

De ahí que recordemos la segunda parte de la locución de Le Bon: “pactar no es ceder”. Y por supuesto hay que pactar pero nunca ceder a los chantajes y a los menosprecios que las urnas han castigado, por mucho que el mensaje no se quiera escuchar o tapar con cortinas de humo.