El descarrilamiento de un tren en el tramo entre Atocha y Recoletos ha provocado este domingo un nuevo caos en Cercanías. El tren se ha salido de la vía por causas que aún se desconocen y no ha habido heridos. El caos, nuevamente, ha cundido en Cercanías, concretamente en las líneas C-1 C-2 C-7 C-8 y C-10. La estación de Sol ha estado cerrada y no han circulado trenes entre Chamartín y Atocha.

A las cinco y media de la tarde, Renfe puso en marcha una lanzadera entre Chamartín y la T4 de Barajas, y anunció otra entre Chamartín y Nuevos Ministerios, que no llegó a funcionar.

Renfe no ha avisado del problema en las líneas afectadas, de manera que los viajeros se han encontrado atrapados en Atocha y Chamartín a su llegada a esas estaciones. Concretamente, este medio ha podido comprobar que, en la estación de Fuencarral, Renfe no informaba de lo que le esperaba al viajero en Chamartín aunque, eso sí, no dejaban los altavoces de lanzar el agotador mensaje de que “por su seguridad, está prohibido cruzar las vías”.

En Chamartín anunciaban un tren que iba a Atocha y los viajeros, a la carrera, se subían a ese tren. Y unos minutos después los altavoces anunciaban que ese tren no iba a partir. Y nuevamente, los altavoces anunciaban que otro tren partía hacia Atocha. Y, nuevamente, a la carrera, los viajeros se montaban en ese tren. Y, nuevamente, Renfe se reía de esos viajeros que, como idiotas, corrían de una plataforma a otra, porque ese tren tampoco iba a salir. «Juegan con la dignidad de las personas», comentaba una viajera al borde del llanto.

Las esperas y los retrasos se han prolongado por más de una hora en prácticamente toda la red. Los viajeros han tenido que utilizar el Metro para conectar entre Atocha y Chamartín.

Para más inri, a las ocho de la tarde Renfe anunciaba que se había restablecido el servicio y eran las diez de la noche y la situación de caos continuaba. Los informadores de Renfe estaban completamente desbordados y la amargura de los viajeros era perfectamente descriptible.

Y mientras madrileños y turistas sufrían este desastre, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, inauguraba en Barcelona la Cumbre Mundial del Transporte Público y defendía sin rubor que “un transporte público de calidad y eficaz es la mejor receta para la cohesión social”.

La ministra recordaba, a esa misma hora en Barcelona, que durante el primer cuatrimestre de 2023, en toda España, la ciudadanía ha adquirido más de 2,3 millones de abonos gratuitos o con descuento para el transporte ferroviario y, sólo en Barcelona, se han expedido cerca de 600.000 abonos gratuitos del servicio de cercanías en Cataluña, Rodalies, convirtiéndose en el núcleo con más número de títulos solicitados.

«El transporte público es la alternativa de movilidad más eficiente y la más respetuosa con el medio ambiente, además de ser la más utilizada por nuestros ciudadanos», señalaba la titular del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en Barcelona.

Pero en Madrid Renfe, otra vez, ha arruinado el fin de semana a miles de madrileños y de turistas. Mañana lunes puede ser el caos. Ni con unas elecciones a falta de mes y medio, Pedro Sánchez, Raquel Sánchez, el Mitma, Renfe y Adif; son capaces de resolver el caos de las Cercanías madrileñas.