La oruga procesionaria se ha adelantado en Humanes de Madrid, y con fuerte presencia en el barrio de Campohermoso y el parque América, frecuentado por los vecinos que acuden con sus mascotas.

La oruga procesionaria suele hacer acto de presencia a principios de la primavera, ya que son cuando eclosionan sus huevos tras ponerlos en agosto. Pero las altas temperaturas de estos meses han provocado que ya en febrero aparezcan estos nidos en árboles próximos a las casas o pistas deportivas de estos barrios de Humanes de Madrid.

Los vecinos alertaron en la tarde de este martes de la existencia de estos nidos de orugas, y en la mañana del miércoles, 9 de enero, ha sido el coordinador de IU Humanes y exconcejal de la Corporación, Víctor Pozo, quien se ha personado en el lugar, denunciando también el riesgo que supone este insecto.

«Es muy peligroso y sobre todo para las mascotas que pasean por esta zona, porque puede ser mortal», ha dicho Pozo a Al Cabo de la Calle, añadiendo que «quería advertirlo, para que tuvieran cuidado y las personas responsables pongan remedio cuanto antes, porque hay una zona de juegos y un centro de salud, junto a esta zona plagada de bolsas de orugas».

MÉTODOS DE EXTINCIÓN

Proveniente de los bosques de pinos de Europa del sur y central, es el invertebrado más común en los pinos de España. Es considera peligrosa, ya que sus pelos se desprenden y flotan en el aire, provocando irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, o incluso la muerte en mascotas, por la toxina.

Además de ellos, los árboles donde proliferan las orugas procesionarias resultan también dañados por la voracidad de estos animales. Sin embargo, se puede acabar con estas colonias de distintas formas.

La principal es el fuego, quemando el conocido nido de oruga. Sin embargo, este método entraña el riesgo de provocar un incendio si no se ha controlado previamente el perímetro de actuación. Por eso, los expertos en insecticidas recomiendan la utilización de productos químicos para lograr acabar con esta plaga.

Y un remedio más ecológico es habilitar nidos de murciélagos, cuya base de alimentación son estos insectos. Algo que hizo hace unos años el Ayuntamiento de Leganés en sus parques.