La relación entre el exalcalde de Getafe, Pedro Castro, y la actual alcaldesa, Sara Hernández, está completamente rota. Tal es el distanciamiento que existe entre ellos que no se dirigen la palabra y, si coinciden en un lugar, no dudan en esquivar la mirada para evitar el contacto visual.

Su enésimo desencuentro tuvo lugar a cuenta de la reunión convocada por la alcaldesa con sus antecesores en el cargo con el fin de organizar los actos para festejar los cuarenta años de los ayuntamientos democráticos. Hernández había citado para la mañana del 4 de febrero a Jesús Prieto, el propio Castro y Juan Soler con la idea de recoger sus propuestas de cara a la efeméride. El primero y el tercero acudieron al encuentro, pero el segundo no apareció por Alcaldía, lugar al que habían sido llamados todos ellos.

Detrás de esta significativa ausencia se esconden las rencillas personales que Hernández y el exalcalde arrastran del pasado

En la reunión, que se desarrolló por espacio de 15 minutos, reinó la frialdad, y en ella se escenificó la falta de sintonía personal de la alcaldesa con los exalcaldes, según ha podido saber Al Cabo de la Calle. El Ayuntamiento de Getafe acompañó la nota de prensa del encuentro con una fotografía esclarecedora: en torno a una mesa estaban sentados Hernández, Prieto y Soler. Pero de esa imagen destacaba, por encima de todo, la ausencia de Pedro Castro, que durante 28 años gobernó Getafe.

La alcaldesa, al ser preguntada después de que la dejasen plantada, se limitó a comentar que sus antecesores en la Alcaldía de Getafe habían sido «fehacientemente convocados», sin desvelar si Castro había declinado la invitación o si le había surgido un imprevisto que le impidió acudir a la cita. Detrás de esta significativa ausencia se esconden las rencillas personales que Hernández y el exalcalde arrastran del pasado y que se han prolongado en el tiempo.

AÑOS DE DESENCUENTRO

Las diferencias entre Castro y la alcaldesa tienen su origen años atrás, pero han crecido después de que Hernández accediese al poder en junio de 2015. El entorno del exalcalde apunta que, desde entonces, se ha pretendido arrinconar a Castro por completo y se ha querido borrar la huella y la impronta que dejó en Getafe después de ocupar la Alcaldía desde 1983, fecha en la que sucedió a Prieto, hasta 2011, año en el que fue derrotado por Soler en las urnas.

«Después de haberle despreciado y de haberle marginado en los últimos años, la alcaldesa busca ahora una foto al lado de Castro porque sabe que, a unas semanas de las elecciones municipales, le puede beneficiar políticamente, pero se equivoca si piensa que el daño que ha causado se puede reparar con un simple acto», sostiene otra fuente cercana al exalcalde, que incluso no ha dudado en distanciarse de la gestión municipal de Sara Hernández en cuestiones como los despidos ejecutados en la empresa municipal LYMA.