Socialismo o Libertad. Comunismo o Libertad. Siempre fue la libertad. En 1978, en una España en Transición, Felipe González escribía Socialismo es libertad, un ensayo que sirvió de preludio a su victoria en 1982, y de ahí presidente hasta 1996. De aquel socialismo, sinónimo de libertad, no queda ni los palos del sombrajo. Pero la libertad siempre perdura y hoy esa es la bandera que enarbola la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Desde la libertad, contra viento y marea, Ayuso y su Gobierno, hasta la traición de Ciudadanos, han puesto en marcha su estrategia de combinar las medidas sanitarias contra la pandemia de Covid-19, y las económicas contra la crisis de hambre y miseria que asola a España.

En datos sanitarios, Madrid está a la par que otras autonomías. El Hospital Zendal, un hito de la Sanidad pública, ha evitado el colapso del resto de hospitales. Y en términos económicos, somos hoy la región que tira del carro de este maltrecho país. Cómo será la cosa, que los hosteleros catalanes, manchegos y vascos gritaban en sus manifestaciones por el cierre obligado de sus negocios: “queremos una Ayuso”.

El pueblo, aquel que entregó su destino al socialismo de Felipe González, siempre ha querido la libertad y sabe identificarla, por mucha campaña ininterrumpida de canales de televisión, vertiendo basura más a diestra que a siniestra. Y siempre con Madrid en la diana, la envidia de un país donde esto es deporte nacional.

Una vez que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha decidido que los madrileños decidamos nuestro futuro en las urnas, y no en los despachos, como pretendían PSOE, Más Madrid y Ciudadanos, las del 4 de mayo no son unas elecciones cualesquiera. Se enfrentan dos modelos bien diferenciados. La España de Sánchez e Iglesias que sangra a impuestos los bolsillos del contribuyente, contra el liberalismo madrileño de Ayuso. Y aquí nos gusta recordar la hemeroteca de no hace tantos meses. Por ejemplo, en las elecciones catalanas.

“Los bajos tipos fiscales de Madrid son contraproducentes e insolidarios”, decía el exministro de Sanidad y candidato del PSC, Salvador Illa, en una entrevista para Expansión, el 4 de febrero de 2021.

Aún hay más. El 25 de noviembre de 2020, el PSOE se hacía con el sí de ERC a los Presupuestos Generales del Estados, a cambio de “armonizar” los tributos en todo el Estado. Una reforma del modelo de financiación autonómica que estaba previsto arrancar este mes de febrero. Ý todo con el objetivo de derrocar a Madrid, ejemplo de mejores servicios, con más recaudación gracias a menores impuestos.

“Seré la peor pesadilla de aquellos que quieran tocar el bolsillo de los madrileños para pagar la corruptela al independentismo”, contestaba la presidenta Ayuso a tenor de estos pactos entre socialistas y secesionistas. “Lo que hacen muchos catalanes, muchos andaluces o muchos extremeños cuando quieren ser libres y crear empresas es venirse a Madrid. En lugar de retenerlos en sus comunidades autónomas haciendo lo mismo, atacan a Madrid”, remarcaba. Y de nuevo la libertad como telón de fondo.

De aquí al 4 de mayo, ni socialistas ni comunistas hablarán de subir impuestos a los madrileños, porque no da votos. Pero que nadie se lleve a engaño, ahí está la hemeroteca y su estrategia será esa, vía Patrimonio, IRPF o Sucesiones. Si consiguen ganar unas elecciones a las que primero se opusieron, tengan bien cosido el bolsillo, pues la guadaña de la izquierda hará de las suyas.