Cuando no es la construcción por fases de los centros educativos –Comunidad de Madrid-, es la falta de mantenimiento de los colegios públicos -que corresponde al Ayuntamiento-. El caso es que la Educación en Getafe no pasa por su mejor momento. Basta un simple paseo por los colegios públicos de la ciudad, de cuyo mantenimiento -insistimos- se debe encargar el Ayuntamiento, para comprobar que las proclamas de la alcaldesa Sara Hernández en favor de la educación pública se quedan en humo y propaganda. La regidora siempre se ha erigido como adalid en la materia, pero su vacuidad queda patente a la vista de las reclamaciones de los centros públicos del municipio.

Quizá el caso más llamativo y doloroso sea la situación del colegio de educación especial Ramón y Cajal, en el que están matriculados 96 alumnos con diversidad funcional, que además requieren unos cuidados adicionales y unas instalaciones acordes a sus necesidades. Según ha sabido Al Cabo de la Calle de diversas fuentes, el centro ha solicitado en diferentes ocasiones la ejecución de actuaciones encaminadas a mejorar el colegio, pero las peticiones han caído en saco roto porque nadie del equipo de Sara Hernández se ha puesto manos a la obra para dar cauce a esas demandas. Se trata de trabajos sencillos, orientados a reforzar la seguridad y que no requerirían de una gran inversión económica, como la solicitud de abrir una puerta de emergencia para carruajes en el patio infantil. De momento, nadie ha hecho nada.

Todas las demandas de los colegios públicos son ejemplos de la dejadez y el descuido permanente que existe en el Ejecutivo de Sara Hernández

El colegio público Santa Margarita María de Alacoque (Las Margaritas) es otro que acumula un buen número de quejas a cuenta de la inacción que demuestra el Gobierno municipal del PSOE y de IU. Desde el centro se pidió a finales de septiembre que la empresa municipal LYMA se encargase de una cuestión tan sencilla como es la limpieza de los cristales, cuyo estado actual deja bastante que desear, pero tampoco existe constancia de que se hayan acometido esas tareas.

Las reclamaciones proceden igualmente del colegio público Rosalía de Castro (Sector 3). Las familias y los alumnos del centro piden desde hace un mes y medio la instalación de dos tableros y de dos aros para las canastas de baloncesto del gimnasio. No se entiende que una petición tan simple, orientada en este caso a la práctica de una actividad deportiva, no encuentre eco en el Ayuntamiento.

DEJADEZ

La falta de mantenimiento se extiende también al colegio público Gabriel García Márquez (Juan de la Cierva). Concretamente, en fontanería. A la vista de los documentos observados pro este periódico, el centro no se cansa de reclamar -como lo lleva haciendo desde hace años- la instalación de pulsadores en los urinarios que se encuentran en el llamado ‘pabellón servicios’. Se trata de unos aseos muy frecuentados por los niños y de ahí la extrema urgencia.

De nada sirven las quejas a la Comunidad si el Ayuntamiento no se encarga del mantenimiento

Todas estas demandas son ejemplos de la dejadez y del descuido permanente que existe en el Ejecutivo de Sara Hernández hacia los colegios públicos de Getafe, cuyo mantenimiento es francamente mejorable, sobre todo a juicio de las familias, del alumnado y de buen parte del profesorado. Otros centros, como el colegio Concepción Arenal, el Jorge Guillén, el Ortiz de Echagüe, el San José de Calasanz o el Sagrado Corazón también esperan a que desde el Ayuntamiento se dé una pronta respuesta a sus justas peticiones.

De nada sirve que Sara Hernández instale una pancarta en la fachada del Ayuntamiento para criticar la gestión educativa de la Comunidad de Madrid si luego no es capaz de que su Gobierno municipal acometa una tarea tan simple como la limpieza de los cristales en los colegios o la instalación de dos canastas en el patio de otro centro. Más vale dejar de mirar la paja en el ojo ajeno y ver la viga en el propio.