Una vez finalizado el convenio con el Ayuntamiento, el pasado mes de junio, el centro de la Cruz Roja en la ciudad cerró sus puertas y decenas de indigentes se quedaron sin el servicio que prestaba la organización.

Así, sin ningún sitio al que acudir, estas personas se quedan en la calle y hacen sus necesidades, principalmente, en avenidas como la de la Universidad o Fuenlabrada.

Esto está afectando a las vecinas de la zona, que entienden el sufrimiento de estas personas pero piden una solución al Ayuntamiento por los malos olores.