suciedad getafe

La suciedad en los barrios de Getafe va camino de convertirse en una costumbre muy sucia; en una cuestión de salud pública para inquietud de los vecinos, que no dejan de denunciar el mal estado que presentan calles tan céntricas como la esquina de la calle Marqués con la calle Escaño.

“Retiran los cubos de basura por la mañana y hasta la noche -aproximadamente a las 21.00 horas- no los vuelven a colocar, provocando que la basura se acumule en el suelo durante todo el día”, se queja amargamente una vecina, que alerta de que “la basura tirada en la calle, porque no hay cubos, junto con las altas temperaturas, causan importantes situaciones de insalubridad como es el olor y las ratas que salen de las alcantarillas”.

El informe de gestión de la Empresa Municipal de Limpieza, LYMA, correspondiente al año 2016 y presentado por la propia empresa recogía un aumento del 100% de las quejas por falta de limpieza. Y este presente año la situación no está mejorando, sino todo lo contrario, pues las reclamaciones vecinales por suciedad en las calles se están convirtiendo en algo cotidiano.

Ya no solo en la zona centro sino también en barrios como Kelvinator o El Bercial. En el primero, a la falta de papeleras en sus zonas verdes, que son retiradas y posteriormente no se reponen, se suman árboles que se secan por falta de riego y cuyos alcorques se convierten en improvisados estercoleros, como también sucede en El Bercial, que se llenan de botellas rotas y otros residuos que ponen en peligro a viandantes. Vecinos que esperan, de una vez por todas, la acción de su Ayuntamiento.

DESCONTROL EN EL PUNTO LIMPIO

La suciedad no acaba ahí. El llamado ‘punto limpio’ que se ubica al lado del cementerio de Getafe se ha convertido en un auténtico estercolero en el que no existe ningún tipo de control. Suele ser habitual que el lugar esté colapsado por muebles viejos, colchones usados, sofás y todo tipo de mobiliario doméstico, que se amontona sin que nadie establezca cierto orden y control en el recinto.

punto_limpioEl ‘punto limpio’, además, se ha convertido en una instalación en la que, durante la noche y parte del fin de semana, se cuelan personas o chatarreros en busca de cualquier elemento que les pueda servir, lo que origina un serio problema de seguridad, como han denunciado los vecinos a Al Cabo de la Calle.

La situación implica, por otro lado, un riesgo para los profesionales de Lyma, encargados de la gestión del recinto, debido a que tienen que trabajar en una condiciones que no son las idóneas. Un descontento, pues, que se suma al de los ciudadanos contra la gestión de la limpieza llevada a cabo por la alcaldesa, Sara Hernández.