El Ministerio del Interior ha publicado recientemente, los datos de criminalidad del cuarto y último trimestre de 2022 en la Comunidad de Madrid, además de compararlos con 2019, previo a la pandemia y coincidiendo con el inicio de la legislatura. Así, entre 2019 y 2022, la delincuencia en la región se ha reducido un 1,2%, pero entre 2022 y 2021 ha subido un 16,3%.

Un contexto que se repite en municipios como Arroyomolinos, donde la delincuencia ha bajado en cuatro años, pero ha repuntado de forma sustancial en el 2022.

Analizando los datos, se ha pasado de 2.886 infracciones penales en 2019, a 2.640 ilícitos en 2021 y 2.790 durante el año pasado. Eso supone un descenso del 3,3% entre 2019 y 2022, lo que le ha valido al Gobierno municipal para vender triunfalismo, pero un aumento del 5,7% en el último año.

Y aquí preocupan, especialmente, tipos delictivos como las violaciones, cuyas denuncian han ido subiendo cada año. Igualmente, los delitos de riña tumultuaria, que no han parado de crecer a lo largo de la legislatura.

Otro de los ilícitos que ha repuntado con fuerza estos años y, en particular, en 2022, es el de las estafas y otros crímenes informáticos, que ponen en evidencia una nueva forma delincuencial que se aprovecha, sobre todo, de sectores de población con pocos conocimientos tecnológicos.

También las sustracciones de vehículos han repuntado en el último año. En concreto, un 15%. En la última semana, además, la Policía Local de Arroyomolinos interceptó un coche robado en la calle Puerto de Canencia. Turismo al que habían reventado los bombines y cuya sustracción desconocía el propietario, hasta que fue avisado por los agentes.

CAE UNA BANDA QUE ROBABA EN VIVIENDAS

Y si de incremento hablamos en 2022, el robo con fuerza en domicilios es uno de los más acuciantes a atajar, sobre todo en un municipio con proliferación de viviendas unifamiliares.

Estas infracciones han subido un 9,4% durante el pasado año. De hecho esta semana, la Policía Nacional descabezaba a una banda criminal y detenía a cinco personas, una de ellas con amplio historial delictivo, que empleaban técnicas, medios y equipamientos especiales, simulando ser miembros de las Fuerzas de Seguridad. Una investigación que arrancó en Navidad pero que continúa abierta, en busca de un sexto integrante de la banda.

Además, en uno de los robos perpetrado, llegaron a torturar a uno de los moradores, delante de sus hijos menores, hasta obtener 20.000 euros en efectivo.