La Comunidad de Madrid cuenta con dos centros que brindan hogar y formación para poder desarrollar su autonomía a madres en riesgo de exclusión social que desean ejercer su maternidad, para lo que se les acoge y acompaña en la crianza, al tiempo que se las prepara para que puedan encontrar un trabajo en el futuro y desarrollar un proyecto de vida autónoma junto a sus hijos.

Son cerca de 120 las plazas que la Comunidad dispone para atender a estas mujeres en dos centros ubicados en Pozuelo de Alarcón y en Madrid capital, este último con 94 plazas y más de cuatro décadas de trayectoria. Se trata, este segundo, del Centro Maternal Residencia Norte, que en sus instalaciones en un entorno acogedor y rodeado de jardines ofrece una intervención global en todas las áreas de la maternidad, como destaca su directora, Milagros Fernández.

ACOGIDA EN TRES FASES

La acogida de estas mujeres, según Fernández, se realiza en tres fases. La primera, con una duración aproximada de dos meses, supone la instalación de estas madres en un piso «muy tutelado» en el que se las va preparando para «ir cogiendo las riendas de su proyecto».

Tras la primera fase de acogida, las madres se trasladan a un piso de consolidación en el que se trabaja su autonomía y la autogestión, una fase de la que, según reconoce la directora del centro, algunas mujeres no consiguen pasar o deciden abandonar la residencia antes de pasar a la tercera fase.

Es esa tercera fase en la que, aún bajo la protección del centro, las madres disfrutan de una autonomía completa en la que entran y salen y se ocupan del cuidado de sus hijos y su hogar, antes de abandonar el lugar y comenzar una vida por su cuenta fuera de estos muros, para lo que mientras están acogidas reciben formación, no sólo para cuidar de sus pequeños, sino para poder encontrar un trabajo que les permita disfrutar de una autonomía plena en el exterior.

La Comunidad de Madrid promueve así la autonomía e inclusión social y laboral de mujeres jóvenes gestantes, o con hijos menores de tres años, que carecen de recursos económicos, de apoyo social y familiar promoviendo su autonomía y la inclusión social y laboral. Las usuarias cuentan con los recursos necesarios para asegurar su alojamiento y manutención y participan en un plan individualizado tanto para ellas como para sus hijos.