Viajeros andando por la vías esta mañana

La Línea C-3 de Cercanías ha vivido una jornada especialmente insoportable, después de que un tren con destino a la estación de Atocha quedara varado a un par de kilómetros de la capital, entre las estaciones de Villaverde Bajo y Atocha.

Después de una hora encerrados en uno de los vagones sin aire acondicionado y atestado de gente, unos cuantos viajeros accionaron la salida de emergencia, lo que liberó a esos viajeros agobiados pero les obligó a circular por las vías hasta encontrar una salida.

La respuesta de Adif y Renfe fue la de siempre: “una avería en la señalización en la estación de Atocha”, es decir, la monserga que tienen que escuchar día sí y día también los viajeros que utilizan el servicio público en las líneas que unen el norte y el sur de Madrid, y de manera especial la C-3 y la C-4.

El servicio no se restableció hasta últimas horas de la tarde, con lo que los usuarios del transporte de Cercanías en Madrid han vuelto a vivir una jornada de caos, de humillación y de cabreo perfectamente comprensible.

Así se encontraban los viajeros atrapados en el tren de la Línea C-3

Mientras tanto, el ministro de Transportes, Óscar Puente, el bufón que usa Pedro Sánchez para insultar a sus rivales políticos, seguía escondido en su despacho del ministerio y se negaba a contestar a los requerimientos que una vez más el Gobierno regional le enviaba para que, de una vez por todas, Renfe y Adif, las empresas que dependen de ese personaje, completen las inversiones necesarias para que el transporte público de Cercanías madrileño funcione como es debido.

La Asociación de Consumidores y Usuarios de Valdemoro (ACUSVAL) se ha adelantado a otras asociaciones vecinales del sur de Madrid y ha presentado una denuncia en la Fiscalía por estos sucesos acaecidos en Cercanías por si fueran constitutivos de un delito contra la seguridad de los usuarios e integridad física de los pasajeros.

ACUSVAL pide a la Fiscalía que investigue porqué se ha detenido el tren, y porqué no se evacuó a los viajeros en un tiempo razonable y en condiciones de seguridad.

“Tenemos noticias de ataques de ansiedad y ahogamientos a raíz del temor de muchos usuarios a permanecer encerrados en los vagones a pocos metros de su destino sin que nadie fuera en su ayuda”, aseguran desde la asociación.