Tenerife-Getafe

Pues toca remontada. El segundo ascenso del Getafe a Primera pasa indefectiblemente por superar el 1-0 encajado en el Heliodoro, donde el conjunto azulón estuvo lejos de su mejor versión y acabó cediendo por 1-0, quizá lo menos malo que le pudo ocurrir teniendo en cuenta la manifiesta superioridad del Tenerife durante buena parte del duelo.

La primera parte de los de Bordalás fue de esas que conviene enterrar cuanto antes. Parece mentira que el mismo bloque que había arrollado al Huesca apenas cuatro días antes -la única novedad fue la de Fuster por el sancionado Pacheco- estuviera tan a merced de la ambición del Tenerife, cuya puesta en escena redujo al Getafe a la mínima expresión.

Corría el primer minuto y los isleños ya reclamaban con vehemencia al colegiado un posible penalti de Cala sobre Amath. Los isleños se multiplicaban en la presión y el Getafe apenas podía salir de la madriguera. Tal es así que su primera y prácticamente única aproximación en el acto inicial se limitó a un testarazo alto de Molina tras un buen centro de Fuster. Y pare usted de contar.

El dominio del Tenerife no cejaba y encontró premio a su tesón a los 22 minutos. Shibasaki botó un córner y Jorge Saenz se adelantó a sus marcadores y colocó el balón fuera del alcance de Guaita. Ni siquiera el gol en contra sacó de su letargo al Getafe, que apenas dio señales de vida hasta el descanso.

Mostró un mejor perfil el colectivo azulón a vuelta de pausa, pero ofensivamente apenas le dio para un par de escarceos de Molinero y Molina con más intención que peligro real. Por contra, el Tenerife dispuso de dos magníficas ocasiones al filo del cuarto de hora de la segunda mitad, pero Shibasaki remató cerca del palo y Guaita desbarató un peligroso remate de Lozano.

La fatiga empezó a hacer mella en los locales y el Getafe recuperó la iniciativa. Bordalás echó mano de Chuli y Antón, pero apenas logró inquietar a Dani Hernández y encima perdió por lesión a Cala y a Fuster.