Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica del Gobierno de España (Foto: La Moncloa)

«Defendemos los valores europeos, pero no podemos asumir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa», dijo el pasado 20 de julio en rueda de Prensa, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre la petición de la Comisión Europea a los países miembros, de reducir el consumo de gas hasta un 15%.

Sin embargo este martes, 26 de julio, antes del inicio del Consejo de Ministros, la responsable de la política energética española ha asumido que «habrá un objetivo de reducción» del consumo de gas en los Estados miembro, aunque «no del 15%», ha matizado, sino que se situará «significativamente por debajo», según declaraciones recogidas por Europa Press.

Y es que a su juicio, «no se trata sólo de ahorro neto sino de cómo se consigue que quien lo necesita pueda tener acceso a energía».

«Yo creo que es correcto que todos asumamos un compromiso de ahorro neto», ha añadido la vicepresidenta tercera, que se ha mostrado optimista respecto a la posibilidad de que los ministros de Energía de la UE alcancen un acuerdo, después de que el texto que negocian los ‘Veintisiete’ contemple excepciones.

Éstas atienden a circunstancias de algunos Estados miembro, como la escasa interconexión de las islas, el problema de sincronización de la red eléctrica de los países Bálticos o la capacidad de almacenamiento de gas de cada país comunitario.

Además, Ribera ha indicado que defenderá medidas de «flexibilidad voluntaria» para la industria a la hora de efectuar recortes en la demanda de gas en lugar de restricciones al consumo.

«AHORRO DOMÉSTICO»

La ministra socialista ha apelado, por otro lado, a que el ahorro doméstico es «particularmente importante» y «forma parte del capítulo uno de cualquier manual de transformación del sistema energético y de eficiencia económica».

La vicepresidenta tercera ha destacado el rol que puede jugar España para garantizar el abastecimiento de gas en otros países de la Unión Europea, ya que para ellos «es complicado porque no pueden recibir gas natural licuado, no pueden regasificar, ni trasladarlo a través de tuberías y distribuirlo a toda Europa».