Florentino controla el balón ante Navarro (foto: Getafe CF)

El Getafe ha estrenado al fin su casillero en la octava jornada, pero el punto obtenido frente a la Real Sociedad supone un escaso alivio en una situación tan angustiosa como la que atraviesa el colectivo azulón, colista de la competición con un punto sobre 24 posibles y la sensación de que todo le cuesta un mundo.

Míchel ha podido recuperar para la ocasión a Arambarri y Aleñá, además de que ha reservado la parcela ofensiva para Sandro y Mata, pero la realidad es que la primera media hora de juego se ha consumido de bostezo en bostezo. Mas precauciones que ambición y predominio de las imprecisiones sobre el acierto.

Los de Imanol han sido los primeros en dar un paso adelante y suyas han sido las dos primeras intentonas. En la primera, Soria ha atajado sin problemas el remate cruzado de Portu. En la segunda, Lobete ha disparado a centímetros del palo tras un excelente pase de Oyarzabal.

La respuesta del Getafe ha sido demoledora. Arambarri ha recuperado un balón en una acción en la que el conjunto donostiarra ha reclamado falta y Aleñá ha filtrado un magnífico pase en profundidad para Sandro, que ha encarado a Remiro y le ha batido con un zurdazo a media altura (39′).

El premio era enorme teniendo en cuenta que el entreacto estaba a la vuelta de la esquina y el colectivo azulón ha comparecido tras el descanso dispuesto a salvaguardar su corta pero sustanciosa renta. Que la Real iba a poner una marcha más lo sabían hasta en Kuala Lumpur y el empate ha podido llegar en una magnífica conexión entre Oyarzabal -de largo el mejor del partido junto al azulón Sandro- y Merino, cuyo disparo desde la frontal se ha encontrado con la espléndida intervención a una mano de Soria.

Resguardado como estaba atrás, las acciones a balón parado suponían un recurso inestimable para los de Míchel y Sandro, reputado lanzador, ha estado muy cerca de embocar un libre directo que se ha estrellado en el lateral de la red (61′).

EMPATE DE OYARZABAL Y PROTESTAS CONTRA MÍCHEL

Hubiera sido el segundo del Getafe y posiblemente la sentencia, pero poco después llegaba el empate en un magnífico centro de Gorosabel desde la derecha que ha encontrado el inapelable testarazo a la red de Oyarzabal, indetectable para los centrales y que con su tanto certificaba el definitivo reparto de puntos, seguramente lo más justo a tenor de lo acontecido en el Coliseum, donde un nutrido sector de la hinchada azulona ha pedido la dimisión del técnico a la conclusión del encuentro.