A principios de febrero, el Ayuntamiento de Getafe eliminaba 20 plazas de aparcamiento en la calle Fernando Barrachina con el pretexto de mejorar la movilidad peatonal. Unos trabajos de rehabilitación en la popular calle perteneciente a La Alhóndiga que costaban a las arcas municipales 200.000 euros y que, entre otras cosas, suponían la instalación de nuevas baldosas en la ambas aceras de la calle.
El Gobierno local vendía entonces que las obras se realizaban pensando en los peatones y en su movilidad, pese al malestar originado entre comerciantes y hosteleros de la zona partidarios de los aparcamientos y que lo veían un perjuicio para sus negocios. Sin embargo, meses después, las baldosas instaladas por el Consistorio se encuentran levantadas y en mal estado.
Poca rentabilidad la de los 200.000 euros gastados por el Ejecutivo de Sara Hernández que, si quiere evitar otro nuevo perjuicio para los vecinos en forma de caídas, tendrá que mover nuevamente a los empleados municipales para arreglar los desperfectos ocasionados en una calle recién remodelada.
El problema en La Alhóndiga se suma a la también reciente denuncia de Ahora Getafe, que a mediados de junio pedía al Gobierno local la elaboración de un plan de emergencia para rehabilitar las aceras de la ciudad, que presentaban, en muchos casos, un fuerte deterioro que ya había producido caídas y lesiones en varios vecinos.
