Agentes de la Policía Nacional fuera de servicio detuvieron ‘in fraganti’ a dos personas cuando se disponían a cometer una estafa por el método del ‘tocomocho’ en el barrio leganense de El Carrascal.

Los presuntos autores –un hombre y una mujer– fueron sorprendidos por los policías, que se percataron de sus intenciones cuando hablaban con un varón de edad, a quien ya habían convencido para subirse a un vehículo y dirigirse a cobrar cupones supuestamente premiados con 35.000 euros.

Según detallan fuentes policiales, fue una conversación la que alertó a los agentes, que escucharon cómo estas dos personas conversaban con un varón de edad que estaba sentado en un banco y le ofrecían un supuesto premio que tenían que cobrar, por lo que decidieron observar sus movimientos discretamente sin ser vistos.

CUPONES DE LOTERÍA SUPUESTAMENTE PREMIADOS

En un momento dado, esta persona de edad se dispuso a caminar junto al hombre y la mujer y, cuando se estaba introduciendo en un vehículo, los agentes decidieron intervenir identificándose como funcionarios policiales.

Una vez se identificaron, los agentes comprobaron que estas dos personas portaban cupones de lotería supuestamente premiados por valor de 35.000 euros y una lista de premios de diferentes sorteos, efectos que delataban la intención de estafar a esta persona de edad con la promesa de repartirse el falso premio a cambio de entregar dinero a la portadora de los cupones.

La rápida intervención de los agentes fuera de servicio permitió que esta persona de edad no sufriera ningún perjuicio económico. Por su parte, los dos detenidos fueron puestos a disposición de la autoridad judicial como presuntos autores de un delito de estafa.

El timo del ‘tocomocho’ es una modalidad de estafa en la cual la víctima es abordada por una persona que le indica que tiene un décimo de lotería premiado y que, por alguna causa, no puede cobrarlo personalmente. El estafador ofrece a la víctima venderle el boleto por menos dinero del premiado, por cantidades que suelen rondar entre los 1.000 o 3.000 euros, aunque en ocasiones pueden llegar a cifras más altas.