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Victoria Pavón, 10 años al frente del CD Leganés…y lo que queda: «Aún no me he puesto fecha de caducidad»

A finales de mes, concretamente el próximo día 22, Victoria Pavón cumple una década al frente del Club Deportivo Leganés. Mucho ha llovido desde entonces, aunque lo fundamental es que ahora el equipo que preside encadena ya su tercera campaña en la máxima categoría del fútbol nacional y pasa por ser un ejemplo de gestión económica.

Este martes, y aprovechando la tradicional visita al hospital Severo Ochoa para colaborar con el Maratón de donación de sangre, la presidenta compartía un rato de charla con Al Cabo de la Calle y hacía balance no solo de esta década sino también de la presente temporada, aunque por encima de todo dejaba una elocuente frase respecto a su continuidad al frente de la entidad: “Aún no me he puesto fecha de caducidad”.

¿Le pone nota al equipo en lo que va de temporada?
Es difícil hacer un balance a estas alturas porque todavía estamos en la jornada 15. A ver cuando acabe la primera vuelta en qué situación estamos.

La cosa no arrancó precisamente bien este curso…
Tuvimos un mal inicio porque de los cinco primeros partidos sacamos un solo punto y eso nos condicionó mucho. El cambio de cuerpo técnico y la llegada de 16 jugadores hizo que costara cuadrarlo un poco todo y eso nos pasó factura. Pero estamos contentos en cierta manera y esperanzados en sacar esto adelante porque creemos tanto en el cuerpo técnico como en la plantilla que tenemos.

¿Hasta qué punto fue duro estar tantas jornadas en las profundidades de la tabla?
La verdad es que acusamos bastante el vernos metidos desde el principio en puestos de descenso. Mentalmente fue duro para los jugadores. Por eso siempre viene bien ver las cosas de otra manera. Sabíamos que iban a ser capaces de salir de ahí abajo y eso es un punto a favor a la hora de poder despegar definitivamente.

Después de cinco jornadas sin perder parece que el equipo le ha cogido definitivamente el pulso a la competición, ¿no cree?
Es cierto que estamos dando una buena imagen. Hemos ido mejorando según han ido pasando las jornadas y todavía creo que tenemos margen para seguir creciendo. De todas formas, esto es muy largo y va a estar muy complicado conseguir el objetivo, así que no queda otra que mentalizarse e ir partido a partido.

¿Llegaron a plantearse en los peores momentos la posibilidad de prescindir del técnico?
No. Fueron siete u ocho jornadas de incertidumbre en las que no sabíamos si realmente esa mejoría iba a llegar, pero creíamos firmemente en el trabajo de los técnicos y confiábamos en la plantilla. No procedía volvernos locos porque demasiados cambios había habido ya. Hacer cambios hubiera sido contraproducente. Confiábamos en el proyecto que habíamos confeccionado y se demostró en los peores momentos.

¿Recibirá la afición algún ‘regalito’ en forma de fichaje en el mercado invernal?
Es pronto para saberlo. Tenemos una plantilla muy amplia. Hay 28 jugadores y vamos a ver cómo llegamos al parón de la Navidad. Veremos si procede algún cambio o no. Todo lo que creamos que puede ser bueno para el equipo se intentará hacer, pero aún es pronto para valorarlo.

Mucho hablar de los avatares del equipo, pero usted está a punto de alcanzar nada menos que una década como presidenta del club…
Pues sí. El próximo día 22 se cumple el décimo aniversario de nuestra llegada al club –su marido, Felipe Moreno, es el consejero delegado-. Han sido muchas emociones las que hemos vivido en todo este tiempo y desde luego no nos hemos aburrido.

¿Con qué se queda?
Nos podríamos quedar con mil cosas de estos diez años, pero desde luego lo más importante han sido los ascensos a Segunda y a Primera.

¿Y qué sueño le queda por cumplir al frente del club?
Mi sueño de presente es poder mantener la categoría muchos años y que eso nos permita seguir creciendo y ser un club más grande cada día.

A nadie se le esconde que han sido diez años de mucho desgaste y exigencia a todos los niveles, pero ¿hay aun así presidenta para rato?
Hay rachas en que me veo muy cansada y otras en las que estoy más ilusionada. Esto te absorbe mucho y tu vida gira en torno al club. Eso a veces pasa factura y te sientes un poco agotada. Lo peor del fútbol es que no tiene tregua ni vacaciones, porque antes de terminar una temporada ya estás con otra. Aun así, todavía no me he puesto una fecha de caducidad. No sé si tengo cuerda para mucho rato o no, pero de momento sí me siento con fuerzas para seguir al pie del cañón.