
La alcaldesa de Getafe despilfarra 650.00 euros al gastarlos en dos camiones de basura que no sirven para los contenedores
En Getafe el problema con la limpieza es ya muy grave, extremo. Y esto lo ve cualquiera que camine cinco minutos por las calles de la ciudad, es un hecho, una realidad, y no es nueva. Lo que quizá no ve todo el mundo —porque se esconde en las instalaciones de la sede de la empresa pública de Limpieza y Medio Ambiente de la localidad, Lyma— es lo que se convierte en el auténtico símbolo del despropósito de un Ayuntamiento que no para de subir impuestos y tiene la ciudad lleva de basura: hay dos camiones de basura nuevos, flamantes, que llevan dos años inmóviles, acumulando polvo y no residuos, cuando esa era precisamente su función.
O así se supone, pero…, ¿qué pasa esta vez?, ¿por qué no se utilizan? No parece que sea porque la limpieza es tal que ni falta hacen. Pues estamos hablando de dos vehículos que, afirma y denuncia el PP getafense, costaron 650.000 euros. Parece algo peregrino y poco verosímil el motivo por el que permanecen sin ser utilizados, pero esta es la realidad que señala el líder de los populares, A. J. Mesa: «No pueden utilizarse porque, sencillamente, no existen contenedores compatibles. Esto es una muestra más de la falta de planificación y la nefasta gestión de la alcaldesa».
Añade el portavoz del PP de Getafe un dato fundamental: «Recientemente se gastó 12 millones de euros en camiones y contenedores que no funcionan, pero, por si fuera poco, hemos conocido que dos años antes ya se había gastado otros 650.000 euros en otros camiones que no se pueden utilizar porque no hay contenedores adaptados a su sistema de recogida».
Este episodio no es una anécdota, o un detalle o un episodio puntual. Es el colmo de una cadena de decisiones que han traspasado todos los límites y que han dado como resultado una ciudad tan sucia que da pena verla, ahogada a impuestos y sin servicios mínimos. El propio Ayuntamiento, un año después de adquirir los camiones, señala el PP: «Sacó la licitación los contenedores adaptados para esos camiones —por otros 762.000 euros— pero nunca llegó a adquirirlos. El concurso, a día de hoy, sigue sin adjudicar». Y un camión sin contenedores equivale a un avión sin alas: caro, inútil y, sobre todo, injustificable.
La historia no acaba ahí. Este mismo año la alcaldesa ha invertido 12 millones de euros en nuevos camiones y contenedores que tampoco funcionan: demasiado pequeños, poco accesibles y ya visibles en vídeos virales donde los vecinos, indignados, muestran cómo la basura se amontona fuera porque no cabe dentro. No olvidemos las llamadas «tarjetas inteligentes», que, afirma A. J. Mesa, «han costado otros 242.000 euros, y el software parta el sistema de 17.000 euros».
Y mientras tanto, la ciudad está más sucia que nunca. Los vecinos pagan una tasa de basuras de hasta 200 euros por hogar, pero la basura no desaparece: se queda en las calles.
El problema aquí no es ideológico. No es una disputa entre partidos. Es una cuestión de responsabilidad básica: planificar antes de gastar, y gastar pensando en el ciudadano, no en el titular político. Porque si el dinero saliera del bolsillo de quien toma estas decisiones, nadie dudaría en pensar dos veces antes de firmar un contrato de cientos de miles de euros para algo que no va a usarse.
Getafe no necesita más discursos. Necesita rigor. Necesita gestión. Y necesita, sobre todo, que se deje de tirar el dinero… a la basura.