Daniel de Campos: «Pinto por necesidad y a veces pinto por desesperación»

Cuando uno ve los cuadros de Daniel de Campos, y muy concretamente los que conforman la muestra ‘Bandoleros y su entorno’, siente que viaja a finales del siglo XVIII, a la Serranía de Ronda, donde el bandolerismo tuvo su escenario principal. A través de ellos el artista aborda temas tan universales como la pobreza y las desigualdades e injusticias culturales y sociales. Hablamos de todo ello con este artista y profesor que inaugurará la exposición en la madrileña Casa de Vacas (Retiro) este 27 de noviembre.

¿Qué es lo que más le gusta que encuentre/vea/sienta el espectador antes sus obras?
Que perciba algo de lo que yo siento cuando pinto las obras: emociones, recuerdos y sueños, el arte tiene parte de realidad y parte de fantasía, las cosas o el mundo queremos que sean de otra manera a través de los colores, la textura y el dibujo.

Y más concretamente, ante las que componen esta exposición
Esta exposición de Bandoleros y su entorno es una continuación de lo que a través de casi cincuenta años he estado haciendo en cuanto a técnicas y temas, pero incidiendo en aspectos que antes no había realizado como pintar algo de nuestra historia como problema social, muy distante de los problemas de ahora pero no distinto.

Los bandoleros son todo un tema, ¿cómo surgió el interés por ellos?
La exposición es monotemática en torno a los bandoleros, me surgió después de mi estadía en Hispanoamérica viendo, sobre todo, la luz y el color de esa parte del planeta y los problemas sociales. El bandolerismo en España fue un problema social sobre todo durante el siglo XVIII y XIX ante la pobreza absoluta y las desigualdades e injusticias culturales y sociales. También en el subconsciente yo tenía las narraciones de mi abuela que me contaba que su abuela había conocido a los bandoleros, vivían en un
cortijo en Sierra Morena.

¿Qué le permite expresar el bandolerismo?
Lo que pinto en esos cuadros no es el costumbrismo que se hizo en el siglo XIX, pinturas sobre los bandoleros, sino la tragedia o la muerte de casi todos, muchos sin delito de sangre, pero esa tragedia no es trágica sino como la vida de ellos mismos una tragedia heroica. Ese es el hilo conductor y la novedad en estas pinturas sobre los bandoleros.

¿Qué siente usted cuando los pinta y qué siente después cuando los ve?
Una conexión con lo que estoy pintando. Después de pintarlo un poco de vacío, pienso que quizá tendría que haberlo hecho mejor.

¿Comparte lo que de usted se ha dicho: “Una parte de la signatura de los últimos cuatro lustros, que han dado una panoplia de pintores y profesores en bellas artes, no hubiera sido posible si él no hubiera puesto en marcha en su momento lo que, con toda justicia sigue llevando su nombre, que son los Talleres de Artes Plásticas Daniel de Campos?
Esta frase la dijo D. Jesús Martín, senador y alcalde de Valdepeñas. Significa que en el año 1987 puse en marcha en Valdepeñas junto con el Ayuntamiento unos talleres, talleres que llevan el nombre mío por acuerdo municipal, donde se pudiera enseñar el dibujo, la pintura, el grabado, entre otras disciplinas artísticas, a todas aquellas personas que sintieran inclinación por el arte o la creación. Es cierto que se
despertaron muchas vocaciones, que bastantes hicieron Bellas Artes y son magníficos profesores y artistas y que otros muchos están triunfando en el mundo del arte y ganando premios nacionales tanto de pintura como de grabado. Valdepeñas es tierra de grandes artistas.

Ha tenido distintas etapas en su trayectoria, ¿a qué responde cada una, a un momento vital a una evolución unida a la investigación?
Sí, he tenido diferentes etapas. Una primera hasta los años ochenta figurativa cercana al expresionismo. Posteriormente hasta el año dos mil el expresionismo dejó paso al cubismo e impresionismo abstracto. A partir del año dos mil y mis viajes y estadía por Hispanoamérica e influido por el arte de Hispanoamérica mezclo los estilos anteriores con mas color y textura en las obras, pero dentro del arte figurativo, que no realismo.

¿Siempre quiso dedicarse a la pintura?
Sí, siempre, desde pequeño. No me fue fácil viniendo de una familia con pocos recursos y del mundo rural.

¿Cómo de difícil es dedicarse a ello en este país?
Vivir de la pintura es muy difícil, si quieres ser honesto y no pintar por la presión de vender. Yo tuve que sacarme una cátedra de dibujo y realizar el doctorado parta no tener que depender de la venta.

¿Comparte usted la opinión de que los españoles somos nuestros peores enemigos, capaces siempre y atentos a despreciar lo propio?
Es posible, nadie es profeta en su tierra y luego las envidias. Sinceramente no es mi caso.

Y para alejarnos de esa idea de que somos apisonadoras de lo propio, ¿qué pintores españoles han sido peor tratados por el tiempo?
Son muchos, pero prefiero no dar nombres. Pero han sido grandes artistas

La enseñanza ¿qué le ha dado a su obra?
He enseñado y he aprendido de mi alumnos/as sobre todo en las universidades de Hispanoamérica.

Aprendizaje y enseñanza, y creación: ¿cómo es su proceso creativo?
El proceso, primero es la idea y leer o informarme sobre ella. Una vez tengo la idea realizar una serie de bocetos y apuntes. Con estos mimbres me hago un boceto a escala de lo que quiero representar. Lo último es la ejecución de la obra que empiezo no dibujando sino realizando grandes manchas de color sobre el soporte.

¿Pinta por intuición, necesidad expresiva y comunicativas, una búsqueda académica, una fusión de todo…?
Pinto casi por necesidad. Yo diría que a veces por desesperación. El arte me hace evadirme de los problemas.

¿Cómo ve el panorama del arte actual en nuestro país?
Lo veo interesante en cuanto a las cosas que se hacen, pero difícil en cuanto a vivir de ello e incluso poder mostrarlo en galerías o circuitos afines.

¿Da miedo la Inteligencia Artifical en el arte?
No debe dar miedo, pero ayudar.

¿Qué le dice o diría a un joven que sueña con dedicarse al arte y a vivir de ello?
Primero, que se forme bien, que visite muchos museos y siempre esté con ganas de aprender. Goya al final de sus días en un último dibujo puso “Aún aprendo”. Que sea humilde y que siga siempre adelante, fracase o triunfe.

No le pido que saque una bola de cristal y ejerza de ‘adivino’, pero ¿es esperanzador el futuro en cuanto al arte?
El arte no es inherente a los problemas actuales en España o en el mundo, lo veo difícil, pero soy optimista.

¿Por qué cree que las humanidades y las artes están sufriendo tanto?
Porque no se les considera imprescindibles. Mire, el arte no va a cambiar el mundo, pero nos puede ayudar a ser mejores.

¿Cree usted que pintar puede ser como escribir algo terapéutico para la gente?
Por supuesto. Pienso que la pintura es un libro escrito con colores.

¿Qué es lo que no respeta en el mundo del arte? 
La falsedad.

¿Y lo que más?
La honestidad.

Si cometo la temeridad de pedirle que se quede con un solo cuadro, ¿cuál sería?
Las Meninas de Velázquez

¿Qué no pintaría nunca?
La mentira y la falta de escrúpulos.

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