Crece el malestar entre los vecinos de Getafe Norte con la gestión de la alcaldesa socialista Sara Hernández a cuenta de las obras que se ejecutan en las aceras de dos avenidas del barrio: Rigoberta Menchú y María Zambrano. La intención del Gobierno municipal era reparar los desperfectos provocados por las raíces de los árboles en el acerado, que con demasiada frecuencia ocasionan caídas o tropiezos.

Sin embargo, los vecinos no se encuentran completamente satisfechos con el desarrollo de los trabajos al considerar que lo que verdaderamente se está acometiendo es una “auténtica chapuza”, como apunta uno de ellos en conversación con Al Cabo de la Calle. Sus principales quejas se centran en la lentitud de la obra y en lo que consideran un “parcheado” de los desperfectos.

“Pensábamos que se iba a acometer una reforma integral de las aceras, pero realmente es un apaño. Zonas que supuestamente se han reformado están ahora peor que antes, con adoquines sueltos y alcorques vacíos que son un peligro, sobre todo por la noche porque no se ve nada”, sostiene un vecino, que alude a la deficiente iluminación de las calles y a los apagones que se registran en el barrio.

El evidente descontento que existe en el barrio ha sido recogido por el líder del PP, Rubén Maireles, que en sus perfiles de redes sociales publicó imágenes sobre el deficiente estado de conservación que presentan muchas calzadas del barrio. “Getafe Norte sufre un abandono como nunca antes se había visto. Dan fe los enormes baches, las grietas y los socavones que se ven en sus calles”, denunció el dirigente popular.