alcorcon empresas

La adaptación al entorno, al medio en el que se habita o a la coyuntura social que se vive en un momento determinado es la clave de la supervivencia. Evidentemente existen otros factores. Pero la teoría de la adaptación como sinónimo de existencia y pervivencia en el tiempo es la clave que aventuraba en su pensamiento el científico y naturalista inglés, Charles Darwin.

Las ciudades, como los animales, tienen que sobrevivir al paso del tiempo y las circunstancias. La regulación fiscal, subir y bajar impuestos, la seguridad o la limpieza de una ciudad son esas características que definen a los municipios. Como los dientes, las extremidades o la piel son a los animales, cualquiera que sea su condición. Estos, dependiendo del hábitat y su idiosincrasia se adaptan al medio, haga frío o calor, para resistir y perdurar generación tras generación en condiciones óptimas.

Estos días, por causas extraordinarias, España atraviesa una situación excepcional en su historia. Una parte de Cataluña, que hasta ayer ostentaba el poder, se ha rebelado contra el orden constitucional, provocando una inseguridad jurídica manifiesta. No solo los ciudadanos sufren esta nefasta sedición. Las empresas también se han visto acosadas por el sin sentido golpista. Se aproximan unas fechas, Navidad, muchas de estas compañías facturan su mayor volumen de negocio anual. Y al final, la pela es la pela. Sin condiciones para prosperar: adiós muy buenas. Y Alcorcón ha entendido esta situación. Se ha adaptado a la fuga masiva de empresas en Cataluña y ha puesto a trabajar a todo el establishment municipal para atraer a esos negocios que huyen de la selva y la anarquía en la que han instalado a la región un puñado de separatistas.

Gracias a una menor presión fiscal y a la posición estratégica de Alcorcón en la geografía, varias de ellas ya se han asentado en la ciudad. Y vendrán más si esto no se soluciona. Porque en Alcorcón, al contrario que en municipios como Fuenlabrada, donde el Impuesto de Actividades Económicas no deja de subir, sí se ha puesto la alfombra roja a las empresas para que crezcan y prosperen. La consecuencia es mayor inversión, más beneficio, más trabajo y, por tanto, menos paro. No en vano, Alcorcón es la ciudad del sur de Madrid con menos parados.

La fórmula funciona. Alcorcón, gracias a su marco fiscal, es atractiva. La llegada de empresas y una Oficina del Inversor que no da a basto lo certifican. Y ello gracias también a la seguridad policial. Pero para completar la ecuación perfecta, al Gobierno de David Pérez todavía le falta cumplir con los parámetros de limpieza y ser más exhaustivo, aún si cabe, en la erradicación de la suciedad en muchos puntos del municipio, convertidos en auténticos estercoleros. Eso, y reducir el pago de la deuda a proveedores, donde todavía queda mucho trabajo por recorrer. Además de, finalmente, sacar adelante los Presupuestos, cuyo borrador aún brilla por su ausencia y que, si el alcalde no tiene la voluntad y valentía política necesaria, puede dar al traste con la adaptación al medio que se está realizando de forma natural.