Hace pocos días nos referíamos en esta misma ventana de Opinión al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como si del mismísimo caballo de Atila – rey de los Hunos- se tratara, del que se decía que allí donde pisaba no volvía a crecer la hierba. Algo que, en estos días, nos resulta muy apropiado para describir al reincidente ministro, ya que destruye o desvirtúa todo lo que toca y todo lo que pisa. Pues hoy, nuevamente y más que nunca, desgraciadamente, volvemos a ratificarnos en nuestras afirmaciones, tras el asesinato en Barbate de dos guardias civiles, a manos de narcotraficantes, por causa de la escasez y la precariedad de los medios de los que disponen los agentes de la Benemérita, fruto de los continuos recortes con que les asfixia el ministro Marlaska.

Grande Marlaska es el responsable último y político de la situación de vulnerabilidad en la que se hallan nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sin embargo, ha afirmado con toda tranquilidad que él no va a dimitir.

Una nueva irregularidad, un nuevo despropósito, una nueva tragedia que se suma al saldo de las innumerables que Marlsaka carga sobre sus espaldas, pero que a él, le resbalan por completo. Así, el ministro, se une al club de la psicopatía que preside su jefe, Pedro Sánchez. Ambos dirigentes carecen de la mínima empatía con el sufrimiento y las necesidades de los demás.

Y así, tras la fatídica noche del pasado viernes, en la que dos guardias civiles eran asesinados vilmente, dejando viudas e hijos pequeños; noche en la que dos familias quedaban rotas y sin consuelo; y en la que los agentes de la Guardia Civil compañeros de David y Miguel Ángel -los héroes asesinados en acto de servicio, que sabían que iban al “matadero”- y el resto de los españoles de bien, lloraban la tragedia… el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estaba disfrutando en la Gala de los Premios Goya, riendo con los chistes y chascarrillos reivindicativos, que algunos actores, actrices y otros profesionales del sector cinematográfico lanzaban desde el escenario. ¡Qué imagen tan obscena! El presidente riendo sin complejos, mientras España lloraba conmocionada por la pérdida de los jóvenes agentes, de una forma tan cruel.

David Pérez Carracedo, agente del GAR durante los últimos trece años y natural de Barcelona, fallecía en acto de servicio a los 43 años, dejando mujer y dos hijos. Miguel Ángel, agente del GEAS, natural de San Fernando (Cádiz), fallecía en acto se servicio a los 39 años, dejando pareja y una hija a su cargo. Otros dos agentes resultaron heridos, uno de gravedad.

Los guardias civiles asesinados en Barbate iban en una pequeña zódiac con la que debían enfrentarse a una narcolancha de 14 metros. El propio alcalde de la localidad de Barbate ha afirmado estos días que son incontables la ocasiones en las que desde el Ayuntamiento habían trasladado al delegado del Gobierno la lamentable situación en la que se encuentran los agentes de la Guardia Civil, carentes de los medios suficientes y adecuados, y totalmente desprotegidos ante los narcotraficantes que conscientes de la merma en los medios de seguridad, se habían ido envalentonando y haciéndose cas vez más fuertes, en los últimos meses.

Fue el propio Marlaska quien desmanteló en septiembre de 2022 el dispositivo OCON Sur (Organismo de Coordinación de Operaciones contra el narcotráfico), la mayor apuesta realizada desde el Gobierno contra el narcotráfico en el sur de España y que desde su puesta en marcha en 2018 en las costas de Gibraltar, había golpeado duramente a los narcos del Estrecho. Un grupo de élite de la Guardia Civil compuesto por 150 hombres, operativos las 24 horas del día y los 7 días de la semana, que habían logrado la detención de cientos de traficantes y la incautación de toneladas de alijos. Sin embargo, el ministro del Interior decidió desmantelarlo de un día para otro … ¿por qué? No hay explicación, Marlaska no acostumbra a darlas… ya saben que él está por encima del bien y del mal.

Grande Marlaska no solo está rodado de polémicas y de irregularidades, sino de ilegalidades sentenciadas por la Justicia que a cualquier otro político que no fuera de izquierdas o que no estuviera amparado bajo el ala del presidente Sánchez, le habría costado su cargo de manera fulminante. Pero Marlaska, no… él hace y deshace con total impunidad.

El asesinato de los dos guardias civiles en Barbate es el ejemplo más gráfico de la falta de medios y de la vulnerabilidad a la que se hallan sometidos los agentes de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. A ello hay que sumarle numerosos episodios más que lamentables  en la gestión de Grade Marlaska, como el cese político del coronel Pérez de los Cobos (que tuvo que ser restituido en su cargo por orden del Supremo tras reprender al ministro por la “inadmisible interferencia” en una investigación judicial); el revés judicial del Tribunal Supremo que declaraba ilegal la devolución de menores de Ceuta a Marruecos ordenada por Marlaska en 2021; el caos en el aeropuerto de Barajas ante el hacinamiento de inmigrantes y su nefasta gestión humanitaria; o el reciente anuncio del cierre de 61 cuarteles de la Guardia Civil por todo el territorio español.

En Pamplona, el sábado, en la capilla ardiente de David Pérez Carracedo, su viuda, emocionada y enormemente indignada, impidió al ministro Marlaska que colocara una medalla sobre el féretro de su marido asesinado. Y hoy, son miles de voces desde todos los ámbitos de la sociedad, las que piden la dimisión o el cese de Marlaska. Pero su jefe Sánchez, ha ordenado su protección y ya varios ministros han salido en su defensa. Mientras, Marlaska se aferra a su puesto: “Yo no dimito”.