Partidos durante una jornada de la liga escolar de voleibol en Pinto

En abril de 2018 el Club Voleibol Pinto lograba lo que por entonces fue un hito, el ascenso a la Superliga Masculina 2. Nadie fue capaz de anticipar en su correcta dimensión lo que aquel logro supondría años después en la entidad pinteña a nivel de repercusión y altavoz de su actividad. Cinco años más tarde, Pinto vive un auténtico boom del voleibol que tuvo su representación gráfica en ese último partido de la temporada donde 1.300 espectadores acudieron a las gradas del Príncipes de Asturias a disfrutar de un partido de voleibol.

La entidad que preside Miguel Ángel Sánchez se ha visto desbordada por un aluvión de solicitudes de inscripción que no es capaz de absorber con las instalaciones de las que actualmente dispone. Se estima en algo más de 200 la lista de espera para poder ingresar en la entidad pinteña. Cada iniciativa que se plantea casi de inmediato agota sus plazas. Lo vimos con la Liga de voley playa que se celebra en junio y que en apenas 48 horas completó cupo o en su II Campus de verano que, tras tres días de reserva preferente de sus socios, salía este pasado lunes a la calle con uno de los turnos ya agotados.

Y es que el crecimiento de participantes (entre jugadores federados, escuelas y alumnos del programa IPAFD que gestiona supera los 600) ha venido en paralelo con una ampliación de su estructura deportiva, o tal vez como consecuencia de ello. El club ha profesionalizado en las últimas campañas su gestión.

La continuidad del proyecto de Superliga 2, categoría de plata del voleibol español, le ha dotado de más medios al entrar en el privilegiado grupo de clubes que la Comunidad de Madrid considera de máximo nivel en su política de subvenciones.

UN MONTÓN DE MEJORAS

La entidad pinteña ha incorporado una dirección técnica, un programa de formación exclusivo para sus técnicos, un programa de tecnificación semanal para sus jugadores, un área de preparación física, ha puesto en marcha una Liga Escolar, etc. El nivel deportivo de sus equipos, lógicamente, ha crecido. Y ello genera mayor expectación, nuevas iniciativas y que más niños y niñas del municipio quieran acercarse al voleibol.

El Club Voleibol Pinto parece estar en el momento de volver a dar un nuevo salto y se niega a dejarlo pasar. Pero sin espacios donde seguir creciendo, el ambicioso proyecto pinteño parece abocado al estancamiento. Algo que, sin lugar a dudas, sería un drama para el deporte pinteño.

Recientemente el club se reunió nuevamente con el Área de Deportes del Ayuntamiento en búsqueda de soluciones. En paralelo trabaja con Ampas y otras instituciones privadas para conseguir nuevos espacios y poder así seguir creciendo. Veremos en las próximas semanas los resultados porque desde la entidad pinteña nadie baraja la opción de resignarse.