Djené y Kike García pugnan por un balón (foto: Getafe CF)

El Getafe lleva ya un tiempo pidiendo por señas que se acabe una temporada que se le está haciendo verdaderamente eterna. El problema es que todavía no ha sido capaz de sellar matemáticamente la permanencia y hasta que no lo consiga no podrá dormir verdaderamente tranquilo.

La pudo certificar frente al Rayo el pasado fin de semana y también este miércoles ante Osasuna, pero el equipo da la sensación de estar ‘tieso’ y la cosa no le da más que para ir encadenando empates. Y gracias, porque el cosechado en El Sadar le permite situarse a un solo punto de la salvación con seis por disputar.

Le valdría con enlazar este domingo ante el Barça sus cuartas tablas o que el Mallorca no le gane al Rayo para consumar el objetivo, así que lo tiene a punto de caramelo y desde ese punto poco más se puede pedir viendo cómo andaba el equipo cuando lo cogió Quique.

CANSANCIO Y TENSIÓN ACUMULADA

Pero no es menos cierto que la imagen de las últimas jornadas está muy lejos de las prestaciones que ofrecía el colectivo hasta no hace mucho. Quique lo achaca en parte al cansancio y la tensión acumulada después de tantas ‘finales’ a lo largo de la competición, aunque la realidad es que ante Osasuna firmó otro partido prácticamente plano en el que le bastó un gol en propia puerta de Torró (20′) para rescatar un valioso punto.

Antes, Oier había adelantado a los navarros al cabecear un buen centro de Rubén García (8′). Osasuna, que transita por la zona confortable de la tabla sin aspiraciones europeas, tampoco hizo un alarde de facultades, pero sin duda puso mucho más empeño en conquistar la victoria. De hecho, el tramo final del encuentro fue un recurrente asedio sobre el área de Soria que por suerte para el Getafe no encontró premio. Lo peor fue que Mitrovic vio una roja en los instantes finales y no podrá ser de la partida frente al Barça.