Acción del partido entre el Getafe y el Athletic (foto: Getafe CF)

Cerca estuvo el Getafe de sumar ante el Athletic de Bilbao la tercera victoria consecutiva en casa, pero lo acabó evitando Unai Simón con varias intervenciones de mérito en el tramo final de un encuentro que finalizó sin goles. El conjunto azulón, que encadena tres encuentros consecutivos dejando su portería a cero, se sitúa a tres puntos del Alavés, equipo que marca la frontera de la permanencia (con un partido menos), y a cuatro del Elche y el Granada (que también ha disputado un partido menos).

Fue un encuentro en el que los de Quique mantuvieron sus señas de identidad de las últimas jornadas, bien pertrechados atrás, aunque con menos mordiente ofensiva en el primer acto, en el que el Athletic fue mejor y acaparó casi todas las ocasiones reseñables.

Entre las más peligrosas, un cabezazo ligeramente desviado de Íñigo Martínez (15′), un libre directo ejecutado también por el central que atajó Soria junto al palo (20′) o una complicación del propia Soria a la hora de controlar el balón de la que a punto estuvo de sacar partido Nico Williams, un constante quebradero de cabeza (35′). Con todo, la más clara de todas llegaría en un rápido contragolpe de los hermanos Williams que Iñaki desaprovechó con un blando remate a las manos de Soria.

El Getafe, que apenas dispuso en todo el primer acto de un cabezazo alto de Cuenca, varió sustancialmente su actitud tras el descanso y no solo redujo al mínimo las prestaciones de su rival, sino que acabó convirtiendo a Unai Simón en el mejor del colectivo visitante con varias intervenciones de mérito que resultaron decisivas para el reparto de puntos.

UNAI SIMÓN SALVÓ A SU EQUIPO EN EL TRAMO FINAL

La primera, en un disparo de Aleñá desde la frontal con la zurda que sacó junto al larguero (48′). La segunda, ya en el 75′, corrió por cuenta de Sandro, que se escoró quizá en demasía al internarse en el área y el guardameta se interpuso para desviar el balón. Y la tercera, la más clara de todas, llegó tras un rechace a la salida de un córner, cuando el balón le llegó a Matías Olivera en inmejorable situación, pero su remate a bocajarro se encontró la manopla de Unai cuando ya se cantaba el gol en las gradas (85′).

Fue el último cartucho azulón en un partido que acabó como el rosario de la aurora después de que el colegiado no señalase una presunta falta sobre Aleñá y el Athletic dispusiese de una última ocasión que se antojaba tremendamente peligrosa en sus orígenes y que al final quedó en nada. La protesta de Quique le costó la tarjeta roja directa y tuvo que ser retirado del terreno de juego por jugadores y técnicos propiciando una escena poco edificante.