Lejos de haber aprendido de los errores de la pasada temporada, el Getafe parece empeñado en volver de nuevo a las andadas. Este lunes cerró la segunda jornada del campeonato con otra derrota, mucho más lacerante si cabe que la primera, frente a un Girona más ambicioso y que aprovechó las carencias defensivas del conjunto azulón para darse un auténtico festín (3-1).
La consecuencia es que los de Quique son ya el único equipo de la máxima categoría, junto al Cádiz, que aún no ha estrenado su casillero de puntos y además pasa a ocupar la condición de colista por su peor balance de goles (1 a favor y 6 en contra).
Lo peor de todo es que el colectivo azulón solo empezó a oponer resistencia cuando ya perdía por 2-0 en la segunda mitad. Demasiadas concesiones frente a un rival que supo detectar los problemas de la retaguardia azulona desde bien pronto y que se adelantó por medio de Stuani (42′) después de haber puesto a prueba a David Soria previamente en varias ocasiones. La mejor del Getafe antes del descanso fue un intento de despeje de Yangel Herrera que se fue al larguero (28′).
A vuelta de pausa, el duelo quedó prácticamente visto para sentencia con el gol en propia puerta de Domingos Duarte, que no hizo sino certificar el mal momento de la zaga azulona (47′). Con 2-0 en el marcador, el VAR entró en escena corrigiendo un penalti a favor del Girona e invalidando un tanto de Unal por falta previa de Aleñá.
Y en el 65′ llegaba la sentencia con el 3-0, obra de Castellanos al definir a la perfección una contra colocando el balón lejos del alcance de Soria en su desesperada salida. Aun así, Unal se empeñó en complicar la victoria local hasta donde fuera posible y recortó distancias en el 72′. Y cerca estuvo Portu de hacer el 3-2 en el 87′, pero la suerte estaba echada desde mucho antes y el Girona se acabó adjudicando los tres puntos con todas las de la ley.
QUIQUE: «ÉSTE NO ES EL CAMINO, TENEMOS QUE CAMBIAR»
La competición apenas ha desgranado dos jornadas, pero el Getafe todavía no se ha presentado y la cosa empieza a ponerse seria. El propio Quique admitía a la conclusión del encuentro que «entramos muy tarde al partido y no podemos hacer eso. Éste no es el camino, tenemos que cambiar», advertía el técnico madrileño, consciente de que urge adoptar medidas antes de que se desaten las urgencias.