ACB Photo/ E. Casas

Los tiempos han cambiado una barbaridad y en el mundo del baloncesto hace mucho que pasaron a mejor vida aquellos quintetos inamovibles sin apenas cambios y las plantillas tremendamente cortas. Ahora las rotaciones campan a sus anchas en el deporte de la canasta y la profundidad de banquillo es un argumento fundamental para soportar el frenético ritmo que impera, especialmente cuando se compagina la competición doméstica con la continental.

No es el caso del Urbas Fuenlabrada, que este año no compite fuera de nuestro país y tampoco se ha clasificado para Europa. Pero aun así está pulverizando todos sus registros históricos en cuanto a número de jugadores utilizados. Y es que entre Paco García y Javi Juárez han echado mano nada menos que de 22 cuando tan solo se han disputado 18 partidos. Una cifra descomunal que se fundamenta en motivos de la más diversa índole, pero que habla de la falta de estabilidad en un colectivo que no acaba de adaptarse a tanto cambio.

Hay casos sobradamente justificados, como las bajas por lesión de Ehigiator, Sander Vene o en su día Marc García, pero la mayor parte de las cambios se han debido a los sucesivos ‘cortes’ de jugadores que no han estado a la altura de lo que se esperaba de ellos, casos de Bobrov, Upshaw o Thompson. Y luego hay asuntos dignos de estudio, como el contencioso con Tomás Bellas, o las ‘espantadas’ de Stevic y Kloof por cuestiones esencialmente monetarias.

La cuestión es que al director deportivo, Ferrán López, no le ha quedado otra que ir remendando el equipo con sucesivas incorporaciones y las tres últimas (Josh Sharma, Kwan Cheatham y Jovan Novak) se estrenaron el pasado fin de semana de una tacada ante el Casademont Zaragoza.

El problema radica en que tanto cambio no ha se ha traducido en el esperado revulsivo que precisa el equipo fuenlabreño para separarse de la zona baja. Salvo la llegada de Juárez, que firmó cuatro victorias en sus cinco primeros compromisos al frente del equipo, el resto del curso está siendo una sucesión de adversidades que han llevado al ‘Fuenla’ a meterse de lleno en el lodazal de la lucha por la permanencia.

Siete derrotas en los últimos ocho compromisos han reducido a la mínima expresión la renta de que disponía con los dos últimos clasificados y partidos como el del pasado sábado ante el Casademont Zaragoza (105-85) no hacen sino incrementar el desasosiego, ya que la reacción inmediata empieza a ser cuestión de Estado habida cuenta de que los de abajo sí han sabido espabilar en las últimas jornadas.

De ahí que cada cita adquiera el rango de final y la primera será este sábado ante el Herbalife Gran Canaria. Para ese encuentro está prácticamente descartado Chema González, que sufre una rotura fibrilar en el glúto mayor derecho.  Es de esperar que los últimos refuerzos eleven su nivel de prestaciones al contar con una semana entera para ir adaptándose a los sistemas del equipo.