centro civico la alhondiga

Trabajadores y usuarios de los centros cívicos de Las Margaritas y de La Alhóndiga han denunciado las elevadísimas temperaturas que se registran en el interior de las instalaciones, con valores que durante el verano han alcanzado los 32 grados.

El calor asfixiante que se siente fue la causa del pequeño desvanecimiento sufrido en Las Margaritas por una empleada, que fue asistida por sus propios compañeros, según el relato que ha ofrecido un trabajador a Al Cabo de la Calle.

La ley estipula que en lugares en los que se desarrolla una labor ‘sedentaria’, como puede ser el caso de los trabajadores de los centros cívicos, la temperatura en verano debe oscilar entre los 17 y los 27 grados. Si se incumple este supuesto, se puede incluso paralizar la actividad laboral al existir un evidente riesgo para la salud del personal.

Otra opción es presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, como ha sido el caso de un trabajador del centro cívico de Las Margaritas, que puso en conocimiento de este organismo las altas temperaturas que se registran en la instalación. Como su reclamación no surtió el efecto esperado, presentó un segundo escrito.

Según la documentación que obra en poder de Al Cabo de la Calle, el empleado relata las duras condiciones que padece en su puesto de trabajo a cuenta del agobiante calor y denuncia que nadie del Ayuntamiento se ha puesto en contacto con él para conocer su queja y explorar posibles soluciones.

En los escritos presentados, el trabajador acompaña su denuncia con diversas fotografías del lugar en el que desarrolla su labor y subraya que únicamente tienen un ventilador como elemento para refrigerar su puesto de trabajo. El denunciante sostiene que muchos trabajadores de los centros cívicos tienen miedo a expresar sus quejas y demandas por temor a represalias laborales.