La cafetería Roma, dos veces asaltada en quince días: el síntoma de una oleada de robos que aniquila al barrio de San Isidro

Las noches ya no significan ni llevan silencio y descanso al barrio de San Isidro. Algo que desgraciadamente saben muy bien Daniel y Claudia, propietario y cocinera de la cafetería Roma, que llegaron a dormir dentro del local por miedo a sufrir un nuevo ataque. Y es que la cafetería ha sufrido nada menos que dos robos en menos de quince días: primero se llevaron el dinero y las bebidas; después, incluso la televisión. «Estoy hundido; no sé si podré continuar», confesaba consternado el propietario.

No queda aquí el asunto. Es más, puede decirse que la cafetería Roma es solo el caso más visible de un problema que crece en San Isidro. En las últimas semanas, diversos comercios han sido asaltados; una situación que mantiene a los comerciantes en un lógico y entendible estado de alarma. Es su pan, sus comercios y con y por ello sus vidas lo que aquí se juegan.

Un barrio que convive con el miedo

La sensación de inseguridad se disparó cuando, a finales de octubre, un tendero chino de 51 años fue apuñalado durante un robo en su tienda de la calle Islas Canarias. Días después, la Policía Local sorprendió a cinco personas cuando acababan de sustraer maquinaria de una obra cercana.

El portavoz del PP en Getafe, Antonio José Mesa, ha denunciado la situación con contundencia: «No puede ser que se robe un local dos veces en diez días. Esto es insostenible. Exigimos más policías y más medios frente a la inseguridad».

Pequeños negocios al límite

Daniel intenta recomponer su cafetería Roma con la ayuda de Claudia y así poder recuperarse. Los vecinos se suman al desasosiego: los robos son constantes. En poco menos de un mes, otros negocios —dos bazares y una frutería— han sufrido intentos de robo con graves destrozos, incluso cuando los ladrones no llegaron a entrar del todo.

La Asociación de Vecinos de San Isidro ha reclamado al Ayuntamiento de Getafe un plan de seguridad específico para frenar la oleada. Los comerciantes piden, sobre todo, vigilancia nocturna reforzada y más presencia policial.

En este barrio abrir un negocio se ha convertido en un acto de resistencia.

Y la cafetería Roma, desvalijada dos veces en menos de dos semanas, se ha convertido en el símbolo más claro y evidente de un problema que nadie en San Isidro quiere seguir normalizando.

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