Decía Nietzsche, que «sin música, la vida sería un error». Ya vaya si es verdad. Si hay un lenguaje universal, que llega a todos los rincones y expresa los sentimientos allí donde las palabras no llegan, ese es el de la música, que pese al confinamiento, no ha parado. Ha seguido más viva que nunca.

Lentamente, la música, los músicos, los artistas, aquellos que nos regalan su don para hacer de este mundo algo mejor, van volviendo a la normalidad y a su estilo natural: el encuentro con el público.

En Leganés, donde la música tiene mayor significado si cabe, este mes de julio rinde tributo al noble arte musical, con las Lunas del Egaleo. Y de la programación destaca el concierto del día 10, a las 22.15 horas, de Strad, el violinista rebelde. Él es Jorge Guillén, apoyado por su banda de artistas que arrancan la gira en Leganés, en un momento muy especial.

Tras el confinamiento, vuelven las actuaciones, el calor del público, la música en su estado natural… ¿Regresa Strad más rebelde que nunca?

Bueno, pues la verdad que volvemos con más energía que nunca y las pilas súper cargadas. Y sí, puede ser que también volvamos un poco más rebeldes (ríe).

¿Son tiempos de rebeldía?

Yo creo que son tiempos de responsabilidad, de amor propio, de esfuerzo y de unión.

Vamos por partes. ¿Cómo han sido estos meses de cuarentena, en lo personal y lo profesional?

En lo personal he sacado el yo interior agricultor que tenía dentro, y como vivo en el campo, me he puesto a plantar de todo. Debe ser que no se me da muy bien, porque no ha crecido nada (ríe).

Por la parte profesional hemos seguido trabajando mucho, hemos presentado el disco durante la cuarentena acompañado de muchos directos y hemos llevado nuestra música a los sanitarios de IFEMA.

La música debería valorarse como un lenguaje universal y como algo necesario para la sociedad

Los ensayos en casa… ¿Cómo se lleva eso?

Nosotros bien. Los que lo llevaban mal eran los vecinos. Esta cuarentena lo han debido de pasar fatal.

Una situación así, de confinamiento forzado. ¿De dónde salían las musas?

La mayor inspiración en estos días ha sido el seguir para delante y vivir al máximo.

Esta paralización, al sector cultural le ha golpeado muy, muy fuerte. En lo personal: ¿habéis echado de menos algún apoyo institucional?

Si, creo que el sector cultural es un sector olvidado, que nunca ha recibido el apoyo que debería. Sacaron ayudas nada concretas, que dejaban a casi todo el sector fuera, y va a seguir siendo muy duro muchos meses más.

Hablando de instituciones, no está el horno para muchos bollos, pero dicen que la música amansa a las fieras. ¿Necesita este país más música que nunca?

Yo creo que necesita más música y menos fieras.

Dejando a un lado la polémica, por fin volvemos a la normalidad. Los componentes de Strad sobre el escenario. ¿Qué sensación te viene en este momento y cómo vas a subir?

Pues me viene mucha emoción, muchos nervios, muchas ganas de ver al público y sentir de nuevo ese cosquilleo por dentro.

Todo nuestro apoyo a Leganés, una cuidad que queremos mucho, y vamos a trasmitir toda nuestra energía positiva dentro del concierto

Llegáis, además a Leganés, tremendamente castigada por el coronavirus. ¿Algún mensaje en especial para la ciudad?

En primer lugar, todo nuestro apoyo a Leganés, una cuidad que queremos mucho, y vamos a trasmitir toda nuestra energía positiva dentro del concierto, para que sea un momento de renovar pilas para todos.

Leganés, por cierto, donde hay una Escuela de Música-Conservatorio, que lleva años reclamando mejoras para su supervivencia. ¿Crees que hace falta más educación musical en este país?

Grandísima Escuela. Yo tengo muchos amigos que se han formado y más tarde han trabajado en esa Escuela. Yo, personalmente, que tengo una Escuela de Música, siento que falta apoyo en todo este sector musical. En esto cada día me vuelvo más rebelde, con la educación no hay que permitir ni «media».

¿Por qué a tu juicio, y perdona que insista, la Cultura siempre se ve como un gasto desde las esferas de poder, y no como una inversión?

Completamente de acuerdo. Por desgracia esta es la situación que sentimos todos, cuando intentamos cerrar un concierto la mayoría de las veces. La música debería valorarse como un lenguaje universal y como algo necesario para la sociedad.

Volvamos al espectáculo. Una fusión de estilos con la que “nadie del público, sin importar su edad, logrará permanecer sentado en su butaca”. El listón está muy alto.

Sí, desde luego que esa frase nos obliga a dejarnos la piel, pero ha sido lo que el público nos ha trasmitido en este primer año de gira, en más de 150 conciertos, donde la gente acaba de pie, saltando, bailando y dándolo todo.

Con el violín siendo el motor de todas las cosas. ¿Recuerdas tu primer encuentro con este instrumento?

Yo vengo de una familia de músicos, y tengo fotos de súper bebe donde me ponían el violín encima, solo para hacerme fotos, yo creo que eran indirectas para que terminara tocando el violín y así fue. No recuerdo muy bien qué pasó por mi cabeza, cuando me pusieron ese jamón encima… Pero debe ser que me gustó.

Ahora lo que queremos es llevarle la contraria a Mafalda: “que el mundo no pare, que no quiero bajarme”

¿Qué tiene de especial el violín? Lo digo, porque algunas críticas dicen que “hacéis magia con él”.

Yo creo que el violín tiene de especial que se parece mucho a la voz y puede trasmitir muchas emociones diferentes, además de la posibilidad de poder interpretar mucho estilos diferentes: desde clásico hasta el rock.

Hablando de magia, ¿esa sigue muy presente con Ara Malikian.

Sí, yo he compartido con Malikian veinte años de mi vida con muchos conciertos y he disfrutado mucho de su energía. Ha sido mi maestro… Qué te puedo decir de él. Siempre tendré un grato recuerdo de esa época.

Pues esperamos que esa ilusión siga por mucho tiempo y se empape cada vez más gente. Porque de Leganés: ¿hacia dónde viajará Strad?

El día 10 estaremos en Leganés, y en julio estaremos en 12 ciudades: Fuengirola,Ibiza, Alcázar de San Juan… Y después nos espera la gira internacional: México, Argentina, etc. Ahora lo que queremos es llevarle la contraria a Mafalda: “que el mundo no pare, que no quiero bajarme”.