Entre el mito y la realidad se mueven a menudo los Tercios españoles, la figura militar sobre la que basó su poder hegemónico la Monarquía Hispánica, entre los siglos XV, XVI y XVII. Asemejados a las Legiones de Roma, de cuya tradición se sentían herederos, como recogen los tratados de la época, los soldados de élite españoles guardaban en uno de sus lemas toda su esencia: España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura.

“Este lema nos refleja muy bien como en España nacía el soldado, en Italia se curtía y en Flandes iba a la guerra a lo que le deparara el futuro. Muchas veces la muerte y otras veces un pedazo de gloria”, explica el historiador Juan Víctor Carboneras, que junto a la editorial Edaf, arroja luz sobre la vida de los soldados hispánicos en el ensayo España mi natura. Vida honor y gloria en los Tercios, un libro apasionante que nos acerca al detalle a una etapa fundamental de la historia de la humanidad, que tuvo en España su eje, y en los Tercios su brazo ejecutor.

“Mi formación como historiador me ha empujado siempre a hacer ensayo e investigación. Meterme en un archivo y desentrañar la realidad que muchas veces desconocemos. Cuando vas a Simancas o al Archivo Nacional, el volumen de información es ingente. Y de allí, durante tres años, he extraído múltiple información para concatenar datos sobre la vida del soldado”, explica Víctor.

«Cuando acaba la Reconquista, los Tercios se van a nutrir del conglomerado social del momento. Desde altos nobles, hasta rufianes, ganapanes, mercaderes o agricultores»

España mi natura es, pues, un excelente compendio sobre el día a día de las tropas de élite. Cómo vivían, cómo se relacionaban, su entrenamiento, su entrada en combate… No falta ningún detalle en las páginas de un libro, que desenmaraña toda la leyenda forjada sobre este cuerpo militar.

“Muchas veces se nos ha hablado de ese soldado sangriento que solo quiere violencia, pero cuando te acercas al Archivo hay mucho más. Por supuesto había una sociedad violenta en sí misma, pero también un mundo de relaciones cordiales y donde el soldado es una parte más del engranaje social del momento”.

Así, en este ensayo se desvelan multitud de anécdotas que hablan sobre la gloria de los Tercios, su honor y otros aspectos sociales.

“He descubierto muchas anécdotas de soldados que no se habían visto como tal hasta el momento. Por ejemplo, 50 soldados que se encontraban en batalla, y a 47 de ellos les faltan las piernas, y a tres de ellos los brazos. El testimonio es espeluznante y refleja lo que tenían que vivir los soldados en aquellos tiempos. O por ejemplo, es fascinante como en el castillo de Amberes, entre 1625 y 1647, se producen 527 matrimonios de soldados con mujeres flamencas”, comenta el autor.

DE ROMA A ESPAÑA

Occidente es heredera de Grecia y, sobre todo, Roma. Una República, pero más el Imperio, que basó gran parte de su fuerza en sus temidas Legiones. La Monarquía Hispánica, desarrollada sobre el Renacimiento, bebe de esta tradición. Y como apuntaba al principio, no es descabellado comparar a uno y otro Ejército. Pero quien mejor lo define es Juan Víctor.

«Cuando surge esta pregunta me gusta mucho hablar de Sancho de Londoño. Él fue un soldado del último tercio del siglo XVI y habla de que sí Roma tuvo a sus Legiones, España tiene a sus tercios. Sí que es cierto que hay una herencia clásica en todo esto. El soldado de los Tercios se va a sentir heredero de Roma durante el Renacimiento», señala.

Pero aún hay más. «En los tratados de la época, por ejemplo en Bernardino de Escalante, Bernardino de Mendoza, Roco de Campofrío o Francisco de Valdés, muchísimos nombres que si bien nos hablan de un modelo distinto, sí toman de referencia clásicos como César, Augusto y batallas de los romanos. Sí es cierto que el mundo clásico se toma como punto de partida para compararles y también las Falanges macedónicas».

‘A LA GUERRA ME LLEVA MI NECESIDAD’

“Cuando acaba la Reconquista, los Tercios se van a nutrir del conglomerado social del momento. Desde altos nobles, hasta rufianes, ganapanes, mercaderes o agricultores. Todos ellos van a acudir al ejército por honor y en defensa de su condición nobiliaria, y otros por una cuestión de necesidad. Por ejemplo, aquello que Don Miguel de Cervantes decía por boca del Quijote: A la guerra me lleva mi necesidad”. La misma necesidad que llevó a la creación de los Tercios, germen de las actuales Fuerzas Armadas.

«Cuando analizas las realidades y contextos, te das cuenta que España tiene muchas cosas de las que nos podemos sentir orgullosos”

“Es un Ejército que no se va a desmovilizar cuando acabe una determinada campaña, sino que continuará con el paso del tiempo. Ese es un hito que marca la Monarquía Hispánica en la modernidad”, explica este joven historiador, que nos invita a conocer la historia de nuestro país sin complejos, ni filtros sesgados. Un lujo disponible ya en librerías.

“Hay que descubrir mucha historia y enseñar el contexto en que se desarrollan los hechos. Cuando analizas las realidades y contextos, te das cuenta que España tiene muchas cosas de las que nos podemos sentir orgullosos”.