Controles en el Aeropuerto de Barajas

La Confederación Española de Policía (CEP) ha hecho públicas graves quejas sobre Cruz Roja, de la que asegura que se desentiende de la atención asistencial y humanitaria a los solicitantes de asilo en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, concretamente a los que permanecen largo tiempo en salas del aeropuerto hasta que se resuelve su petición de asilo.

Desde el sindicato policial aseguran que la ONG hace dejación de funciones y reclama a los ministerios de Interior y de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social que pongan fin, “de manera inmediata y en términos contundentes, a la intolerable actitud que Cruz Roja está mostrando hacia los solicitantes de asilo que llegan al aeropuerto internacional Adolfo Suárez MadridBarajas”.

Los agentes de la Policía Nacional aseguran que Cruz Roja, que recibe anualmente cerca de 25 millones de euros en subvenciones del Gobierno central se desentiende “de toda labor asistencial o humanitaria” hacia esos extranjeros, y eso obliga “a que los policías nacionales destinados allí deban asumir cometidos como la entrega de alimentos, medicinas o productos de higiene”.

El pasado 23 de enero, y ante la avalancha de solicitantes de asilo en el aeropuerto madrileño, Cruz Roja decidió retirarse y abandonó las tareas humanitarias que venia prestando.

Desde esa fecha, son los agentes de Policía Nacional quienes tienen que atender a estos inmigrantes en las instalaciones destinadas a acogerlos. Se trata, entre otras, de labores relacionadas con el reparto de productos básicos para la subsistencia”.

El sindicato asegura que Cruz Roja “sólo ha aceptado regresar a Barajas para asumir labores de asistencia psicosocial”. “Con esa decisión, se ha provocado que sean los policías nacionales destinados en el puesto fronterizo del aeropuerto quienes se hacen cargo de tareas humanitarias que no les corresponden.

BOCHORNOSO EJEMPLO DE TRABAJO SOCIAL
CEP califica la actitud de Cruz de “bochornoso ejemplo de ‘trabajo humanitario a la carta’ en el que prima la comodidad y no la ayuda al más necesitado”, y reclaman a los ministerios de Fernando Grande-Marlaska y Elma Saiz que no la toleren “ni un minuto más”, “sobre todo cuando Cruz Roja percibe subvenciones millonarias de los fondos públicos para asumir una labor asistencial que en Barajas, en un acto de clara insumisión, se niega a ejercer”.