Iván Labrado, durante un partido del CD Leganés FS (foto: Toño Ramos)

No es fácil en los tiempos que corren ver una apuesta como la que el CD Leganés FS hizo en su día por Iván Labrado. Y más difícil todavía mantenerla temporada tras temporada hasta el punto de que el pasado fin de semana cumplió ante el Roldán murciano nada menos que 100 partidos oficiales (101 con el derbi de este martes frente al Arriva Alcorcón) dirigiendo al equipo pepinero en Primera RFEF, la máxima categoría del fútbol sala femenino nacional.

Lo ha hecho en dos etapas y en ambas ha dejado sobradas muestras de su peculiar manual de estilo, atrevido y hasta cierto punto irreverente, pero que sin duda ha convertido al Leganés FS en un equipo en constante progresión y que aspira a más cada temporada que pasa.

«He apostado mucho por la identidad que tenemos hoy, por ser un equipo valiente y atrevido, y ese cambio de filosofía que implanté cuando llegué»

El técnico madrileño ha valorado este ‘centenario’ para Al Cabo de la Calle y lo primero que le sale es que considera alcanzar esta cifra “un orgullo porque es el club en el que siempre he querido estar, con quien quiero estar y como quiero estar”, indica antes de subrayar que “he apostado mucho por la identidad que tenemos hoy, por ser un equipo valiente y atrevido y ese cambio de filosofía que implanté cuando llegué, algo de lo que más satisfecho me siento”.

Labrado recuerda, en ese sentido, que “el primer año en la máxima categoría decía que el Leganés era un club pequeño que tenia prohibido pensar como un club pequeño. Por eso siempre hemos sido ambiciosos y siempre queremos más”, remarca.

Puesto a hacer balance de estos 100 partidos, “lo mejor son las experiencias de toda la gente que me ha acompañado y lo mucho que me han enseñado. Me quedo sobre todo con el presente que tenemos. Hemos cimentado muy bien cada paso que hemos dado, hemos tenido mucha paciencia y tenemos un modelo muy asentado en Primera”, afirma.

Pero también hay un lado negativo, y en ese apartado no esconde que “lo peor ha sido el desgaste de todos estos años, el nivel de exigencia y todo lo que ha hipotecado mi vida personal, es decir, todo lo que he tenido que sacrificar por esto”, que no ha sido poco.

«El día que crea que no soy el mejor entrenador para este equipo, me iré yo; a mí no me va a tener que echar nadie»

Pese a ese lógico desgaste después de tanto tiempo sentado en un mismo banquillo, Labrado sigue mirando al futuro con no poca ambición y avanza que de cara al futuro inmediato “me sigo planteando el reto de ser mejor que ayer, que el equipo sea mejor que ayer. Cada día que pasa mejoramos, pero veo que tenemos mucho más margen de mejora. Queremos ser cada vez más competitivos y tenemos obligación y ambición de hacer mucho más”, dice antes de concretar que “me encantaría competir por estar alguna vez en un playoff de la Liga o jugar una Final a 8 de la Copa”.

En lo tocante a su futuro, argumenta que “mi objetivo de verdad es ser útil y seguiré aquí hasta ver que no puedo exprimir más al equipo. El día que crea que no soy el mejor técnico para este equipo”, recalca Labrado, “me iré yo. A mí no me va a tener que echar nadie. Cuando crea que no soy tan productivo y puede haber un candidato mejor seré yo quien de un paso al lado”, apostilla.