Juan Lobato en en un acto de la campaña electoral de mayo de 2023

Juan Lobato necesitaba unos titulares que le dieran protagonismo en el enfrentamiento entre el ministro de Transporte, Óscar Puente y los gobiernos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Y los ha conseguido pidiendo la gestión y defendiendo a Puente

Parece que en el caos en el que viven las Cercanías madrileñas, Juan Lobato necesitaba unos titulares que le dieran ese protagonismo que tanto añora.

Y al secretario general de los socialistas madrileños no se le ocurrió otro, que precisamente éste de Europa Press: “PSOE-M pide ‘explorar en profundidad’ que Madrid tenga la ‘gestión’ de Cercanías y defiende la labor de Puente”.

“Yo soy muy favorable a que eso se estudie para ver la opción de que la Comunidad de Madrid no sea la titular del servicio, que es estatal, pero sí que pueda pasar a tener la gestión, al menos de toda la conexión y todo el servicio, de una forma integrada con el resto de servicios de la Comunidad de Madrid”, declaraba el líder socialista en la entrevista con la agencia.

Recordaba Lobato que en su programa de las elecciones del 28-M planteó un sistema de transporte integrado en el Consorcio Regional de Transportes, con una conexión modal plena de “todos los sistemas de transporte, incluso los que no son servicio público”.

Pero como esos serían sus deseos y su envidia ante la perspectiva de que, en su claudicación antes el prófugo, Sánchez acabe entregando las Rodalies a la Generalitat de Cataluña. Unos deseos que, para el líder de la tercera fuerza política de La Comunidad de Madrid, segundón por la izquierda difícilmente serán alcanzables.

Y por eso, no tiene más remedio que entregarse a la propaganda y defender lo indefendible, es decir, al ministro de Transportes, Óscar Puente, para criticar la gestión de Isabel Díaz Ayuso y el Gobierno regional madrileño.

En esa entrevista, Lobato reivindicó la “muy buena” gestión de Puente al frente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible con “transparencia y comunicación”.

Sobre las quejas del PP a sus interacciones en X, antes conocida como Twitter, ha indicado que tiene un estilo de comunicación “muy directa, muy espontánea, y que muchas veces está muy bien, porque es muy claro”.

“No ha habido ninguna falta de respeto, ni mucho menos, y que lo que sí ha habido es ese ofrecimiento a la Comunidad de Madrid para tener interlocución”, ha concluido.

En esa entrevista, Lobato reivindicó la “muy buena” gestión de Puente al frente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible con “transparencia y comunicación”.

Y la mala de la película es la presidenta porque no se reúne con el ministro y encarga esa misión a su consejero de Transportes, Jorge Rodrigo. “Es como si ella se reuniera con el concejal de Festejos y no con el alcalde”, dice Lobato, aunque parece que llamar alcalde a Puente, y lo ha sido, no es el mejor modo de comparar competencias.

Y todo después de unas semanas intensas en el que los de siempre, es decir, el ciudadano que tiene que ir en tren no han dejado de sufrir ese servicio penoso que Renfe, Adif, y el Ministerio de Óscar Puente ofrecen a los madrileños.

Y A LOS PROBLEMAS SE UNE LA RED DE METRO

METROSUR
Un tren de la L12 de Metrosur

En las últimas semanas, y después de los muchos problemas que ha vivido la red de Cercanías, el transporte madrileño también ha tenido que sufrir cortes, retrasos y averías en la red Metro.

En la mañana del pasado lunes, en plena vuelta de las vacaciones navideñas, la circulación de trenes en la Línea 12 estuvo interrumpida durante más de dos horas entre las estaciones de Fuenlabrada Central y Arroyo Culebro, en ambos sentidos, por una incidencia en las instalaciones.

Fuentes del suburbano madrileño señalaron que, sobre las 7.40 horas, se produjo una avería relacionada con la catenaria que afectó a la circulación en les estaciones de Fuenlabrada Central (en la conexión con la red de Cercanías), Parque de los Estados y Arroyo Culebro.

El paso de convoyes por ese tramo estuvo interrumpido durante más de dos horas, hasta minutos antes de las diez de la mañana, cuando se recuperaba por fin la normalidad.