El Museo Nacional del Prado ha adquirido por 270.000 euros, una obra de excepcional calidad y singularidad de la pintura barroca española: La diosa Juno, del autor granadino Alonso Cano.

Juno ocupaba un lugar principal en el panteón grecolatino, pues fue mujer de Júpiter y protectora del matrimonio. Cano alude a su estatus mediante el cetro y la diadema dorados, y la acompaña con un pavo real, el atributo que la identifica. El pecho descubierto nos recuerda que era un personaje al que se vinculaba frecuentemente con la maternidad.

La colección de Alonso Cano que custodia el Prado, compuesta por 19 pinturas y más de 30 dibujos, en su mayoría de temática religiosa, se ve enriquecida con esta obra que, por su tema, es una pieza excepcional en el contexto del arte español de su tiempo, pues el tema mitológico es comparativamente menor en relación con otro tipo representaciones en la mayor parte de los artistas españoles de este período.

Dada a conocer en un Congreso en 1997, se ha identificado con una Pallas que se cita en 1657 en el inventario de bienes de Margarita Cajés, hija del pintor Eugenio Cajés, a cuyo viudo la compró Juan Antonio de Frías y Escalante, seguidor de Alonso Cano.

Para su presentación al público se acompaña del dibujo que representa una mujer recostada y desnuda, que constituye otro magnífico ejemplo de hasta qué punto Alonso Cano estuvo atento a la gran tradición de representaciones mitológicas, y supo dar a la misma una interpretación personal.