Metro de Madrid reabre este viernes su estación de Gran Vía y su conexión con Sol tras permanecer más de 1.000 días en obras por la aparición de restos arqueológicos que han postergado en reiteradas ocasiones estos trabajos, arrancados en 2018.

Tras más de 11 millones de euros, estos trabajos concluyen y la estación dará la bienvenida de nuevo a los más de 44.000 usuarios que la transitaban y que el Ejecutivo autonómico prevé que se incrementen en 22.000 más con la conexión directa con la estación de Sol.

Isabel Díaz Ayuso inauguró este jueves la estación, que describió como una parada 4.0, accesible y «con alma», que conjuga «el patrimonio» de la región con la «modernidad».

«Imagino la cara de los que han trabajado este tiempo aquí cuando vieron que en la obra había materiales de farmacia, almacenaje, monedas… Es otro de los contrastes que caracterizan a la región», aseguró la presidenta tras visitar el templete que corona ahora la parada y posteriormente hacer un recorrido por sus instalaciones junto a la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, y el consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez.

La líder regional destacó que este no es «un lugar cualquiera» sino que es una de las primeras ocho estaciones de las que se componía la primera línea del suburbano en 1919, que ahora se ha modernizado con tecnología como máquinas de compra de títulos de transporte táctiles o equipos para controlar el aforo.

CONECTADA CON SOL

Tras una inversión de 10,7 millones de euros, se ha realizado un cambio radical en la arquitectura de la estación, ya que contará con un eje vertical con conexión de los distintos niveles. Tendrá un primero donde se generará un nuevo vestíbulo que conectará y ampliará el actual, pasando de 900 a 2.000 metros cuadrados.

Dispondrá de un segundo nivel intermedio de paso, donde se creará un pequeño museo con los restos arqueológicos que han aparecido en las excavaciones.

En el tercer nivel está la conexión con la línea 5 y una galería para unir la parada de Metro de Gran Vía con la de Renfe Cercanías Sol. De este modo, se mejorará la seguridad de la estación, ya que dispondrá de dos entradas y salidas, y permitirá unir las dos estaciones de forma subterránea.

La estación mejora su accesibilidad con cuatro nuevos ascensores, ya instalados, y 13 escaleras mecánicas cuyo montaje eléctrico y mecánico también se ha concluido, quedando sólo su integración con el resto de sistemas y puestos de control de Metro. Por otro lado, el 71% de los sistemas nuevos de detención y extinción de incendios ya está incorporado.

MODERNIZADAS INSTALACIONES

En cuanto a las nuevas instalaciones, habrá 14 nuevas máquinas de venta de títulos de transporte, de nueva creación y de diseño mucho más moderno. Además, se instalarán 17 equipos de control de validación (tornos de entrada), seis de los cuales serán para personas con movilidad reducida, distribuidos en dos vestíbulos.

Los viajeros con movilidad reducida encontrarán dispositivos como sistemas de apertura fácil en puertas, tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados, o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos.

Finalmente, la remodelación de la estación incluye una réplica en superficie templete del arquitecto Antonio Palacios, que sirvió de hito de acceso a la antigua estación de Metro y ya está prácticamente acabado.